La ciudad de Cuenca celebra en estas jornadas celebrando la Semana Santa y sus efectos están repercutiendo en el sector hostelero de conquense, el cual experimenta durante estos días una ocupación mucho mayor que en la generalidad del año. La Semana Santa es una de esas fechas en las que la ciudad ve incrementada su población gracias a verse convertida en una fuente de atracción turística a nivel nacional hasta donde se acercan visitantes disfrutar de los desfiles procesionales que tienen lugar sobre el empedrado de la capital conquense.
Tras su designación como Capital Española de la Gastronomía, el sector hostelero afronta la primera Semana Santa sin restricciones similares a las decretadas durante el año pasado, con el regreso de los cortejos nazarenos a las calles de la ciudad. Ambos factores muy influyentes en las decisiones de los turistas que deciden pasar estos días en la ciudad.
La Agrupación de Hosteleros hace un balance positivo tras el arranque de la Semana Santa. Desde el Domingo de Ramos y hasta las primeras jornadas de estas celebraciones religiosas, el sector subraya que «todo está yendo muy bien, como se esperaba, es una época en la que sabemos que va a haber turismo», señala Diego López, secretario de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo de Cuenca. Lo que equivale a una gran demanda por parte de los usuarios. De hecho, la ocupación en bares y restaurantes está rozando sus límites máximos.
Prueba de que la ciudad ha sido receptora de un importante número de turistas, sumado a las celebraciones de estos días, es el incremento en el número de reservas que durante estos días abarrotan las agendas del sector hostelero, con terrazas y comedores interiores colmados. «Ya veníamos de una tendencia en la que los fines de semana tanto bares como restaurantes estaban funcionando muy bien y eso se incrementa mucho durante la Semana Santa por la cantidad de gente que viene. No solo turistas, sino la gente de Cuenca que vive en otros puntos porque trabajan fuera y en estos días regresan a casa con sus familias. Además, esta es una fiesta en la que no solo se circunscribe en la zona de la ciudad donde se celebra, sino que afecta a toda la ciudad, todos los bares de la ciudad están llenos o rozan el lleno, por eso son tan importante estos días», señalan desde la agrupación hostelera.
La alta demanda que existe en estas jornadas festivas, también tiene consecuencias en el número de camareros. Una dificultad que en muchos casos «se nota porque se trata de una demanda es muy grande y el trabajo en hostelería es un trabajo duro, y más en fiestas. En épocas como esta, no todos los puestos se cubren. Además, hay que tener en cuenta que posiblemente ocho de cada diez contratos que se hagan en este mes en Cuenca esté relacionado con la hostelería y el turismo».
