Las alegaciones con un total de doce páginas están divididas en dos informes de alegaciones: el primero sobre el Plan y el segundo sobre el estudio ambiental estratégico (EsAE). En estos informes se desgranan las deficiencias en el diseño del Plan y especialmente su ubicación que lo convierten en un plan insostenible. Las organizaciones sociales solicitan que se descarte la ubicación planificada, puesto que hay varias ubicaciones alternativas menos impactantes.
Los límites del Plan se sitúan, a tan solo 452m aguas arriba de la Microrreserva «Complejo Lagunar del río Moscas». La tipología del Plan, el movimiento de tierras, la urbanización y las actividades que podrían ubicarse en él, ponen en riesgo los valores naturales que merecieron la declaración de la microrreserva.
Es difícil de entender que se pretenda ubicar el Plan en un lugar tan sensible, cuando existe abundante suelo industrial vacío en el polígono industrial del SEPES y que (si fuera necesario) se podría ampliar el suelo industrial en este polígono, tal y como se reconoce en el estudio de alternativas del EsAE ahora en información pública.
La proximidad de la fábrica de maderas del ayuntamiento no es justificación para ubicar en su cercanía el plan urbanístico, pues no se han descrito actividades que precisen de materias primas procedentes de esta empresa pública. La planta de biogás que se ubicará en el PSI no usa residuos forestales para su funcionamiento.
Se da la circunstancia, que un equipo de la Universidad de Barcelona preparó un plan basado en el uso de recursos autóctonos de la provincia de Cuenca y con la sostenibilidad como eje principal. Intentaron presentar este plan a la Vicepresidenta segunda de la Diputación Provincial de Cuenca a finales de 2022, sin éxito.
Jesús Herraiz, conquense experto en centros científicos y tecnológicos, que formó parte del equipo de la Universidad de Barcelona (junto con el catedrático Fernando Albericio), aprecia graves deficiencias en el planteamiento del PCYTEC, de tal manera que corre un riesgo objetivo de ser un plan fallido y por tanto un derroche de 21,7 millones de Euros de dinero público, puesto que este es el presupuesto del PSI.
Carlos Villeta de Ecologistas en Acción de Cuenca, ha declarado: «No somos capaces de entender las razones para ubicar este plan en un lugar tan insensato existiendo alternativas mejores en todos los aspectos».
Por su parte el Dr. Herraiz puntualiza que: «Actualmente el PCYTEC no presenta ningún proyecto que exprima ni potencie alguna de las bondades que caracterizan a nuestra provincia. La imagen de Cuenca, en la que se pretende potenciar la naturaleza, no encaja con la gestión de residuos en un emplazamiento próximo a dos espacios protegidos. Es muy probable que otras empresas no se sientan atraídas a instalarse en el PCYTEC en caso de que se manejen purines o residuos agroindustriales». Ha terminado Jesús Herraiz.
Reacción de la Diputación
El plazo para presentar alegaciones finaliza el próximo miércoles 22 de marzo. Por su parte, el presidente de la Diputación de Cuenca, Álvaro Martínez Chana ha señalado esta mañana que «cualquier ciudadano está en su derecho de plantear las alegaciones». El representante provincial se ha mostrado contrario a esta acción emprendida por estas plataformas por ir en sentido contrario «al empuje y al trabajo de técnicos, tejido empresarial que intentan avanzar a que esta provincia pueda tener futuro y, sin embargo, hay colectivos que parecen que les molesta que esta provincia pueda tener ese desarrollo».
Martínez Chana ha señalado que es partidario de «hacer las cosas bien desde el punto de vista medioambiental y patrimonial» y se ha preguntado por «las alternativas que determinados colectivos que se oponen a todo plantean». Ha subrayado que «está muy bien decir que no a todo, incluso, no hacer caso a las notificaciones que esta institución le hace a las plataformas».
El presidente provincial ha insistido en su respuesta y ha defendido que la construcción de un parque científico y tecnológico de economía circular y no comprende que los grupos ecologistas no apoyen «los proyectos que queremos basados en el desarrollo sostenible, energías renovables o reciclado» o que intenten «retrasar los plazos para que esto no sea una realidad».
