Las Santas Marías viven con frustración la cuarta suspensión de su desfile en siete años

Con la de este año, la hermandad ha sufrido más cancelaciones de su procesión que veces ha podido desfilar. Los hermanos han asistido a un pequeño acto en San Esteban

Cuando los historiadores recuperen dentro de unas décadas cómo fueron los comienzos de la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y las Santas Marías, aludirán sin duda a la especial mala suerte que tuvo en los desfiles procesionales. En esta ocasión una incesante y cansina lluvia -la misma que ha amargado toda la Semana Santa salvo dos desfiles- ha sido la culpable de que las Sagradas Imágenes no hayan podido atravesar el umbral de San Esteban.

Lo que debería ser excepción se ha convertido en lo habitual en esta cofradía, pues de los siete años que debería haber salido a la calle desde su estreno en 2018, tan sólo ha podido hacerlo en tres oportunidades, y contabiliza por el contrario cuatro suspensiones: dos por lluvia y dos por la pandemia.

Para paliar el mal sabor de boca Las Santas Marías ha convocado a sus hermanos a San Esteban, templo de partida de la procesión del Duelo, para participar en un sencillo acto. Decenas de asistentes han secundado la convocatoria para compartir su decepción y resignación ante una suspensión que se veía venir a tenor de las previsiones meteorológicas.

El consiliario de la hermandad, Ildefonso Martínez, se ha dirigido a los asistentes para recordar que “aunque haya habido pocas procesiones, es Semana Santa”, y les ha instado a pedir a la Madre el acompañamiento ante su pena. Posteriormente ha dirigido la oración conjunta de un Padre nuestro y un Ave María.

El secretario, Pablo Muñoz Miranzo, ha recordado por su parte cómo este año le ha recordado a cuando la lluvia obligó a suspender el desfile en 2019. “Desde entonces hemos salido solo dos veces y puede llegar a ser frustrante pero la realidad es que pese a todo somos 750 hermanos y somos una hermandad que ha crecido muchísimo y está tremendamente asentada”.

Ofrenda floral al sepulcro cerrado de Nuestro Padre Jesús

La hermandad tenía previsto hacer en San Andrés un pequeño acto que ha trasladado hasta el interior de la iglesia de San Esteban. Ha consistido en una ofrenda floral al sepulcro cerrado de Nuestro Padre Jesús, y representantes de la Hermandad de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado y María Santísima del Amparo han ofrecido un cirio que es el que esta Vigilia Pascual utilizará el obispo de la Diócesis, José María Yanguas.

Tras la entrega la Asociación Musical Alfonso Octavas ha interpretado tres de las marchas que tenía preparadas para la procesión: Stabant Juxta Crucem, de José Antonio Esteban Usano; Las Tres Marías de Sergio Bascuñana; y Sábado de Duelo de Óscar Contreras. Las tres, de creación conquense para esta procesión y dedicadas a esta hermandad.

La primera capataz de la historia de la Semana Santa conquense, María Rodríguez, ha podido dar con tristeza sus primeras indicaciones, que han consistido en dirigir las Sagradas Imágenes hasta el soportal de San Esteban, donde durante un pequeño rato han podido ser veneradas por los fieles que, paraguas en mano, se han acercado hasta la iglesia.