«La Banda de la Junta de Cofradías ha ido mejorando año a año sin perder nuestro estilo y nuestro toque de tambor»

Entrevista a Javier Poyatos, director de la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías

Este año se cumple el 20 aniversario de la Banda de Trompetas y Tambores, ¿qué papel jugó usted?

Realmente este año se cumplen 20 años de la fundación porque la Banda de Trompetas y Tambores se creó en 2005 pero empezamos a desfilar en 2006, por lo que se cumplirá el año que viene el 20 aniversario del primer desfile. En el proceso de creación realmente todos jugamos muy poco. José María Izquierdo, que era el antiguo director, fue el que tuvo la idea de crear la banda, entonces, él es el que habló con la Junta de Cofradías en el año 2005. A partir de traspasarles esa idea se decidió que se creara una banda y entonces fue cuando él nos llamó a nosotros. Antes de eso, participábamos en la banda Amigos de Cuenca, que era la anterior hasta que se fundó la de la Junta de Cofradías. En aquel momento estábamos cerca de 40 músicos.

¿Qué vino a aportar la banda de la Junta de Cofradías a la Semana de Cuenca?

El papel principal de la Banda de Trompetas y Tambores ahora es encabezar los desfiles de la Semana Santa. Se fundó por continuar con el sonido que tenía antes la banda de la Guardia Civil, que dejó muy buena imagen aquí en la Semana Santa Nuestro objetivo era continuar con ese ritmo. Lo que tocaban los tambores en su momento de la Guardia Civil es lo que tocamos nosotros todavía. Actualmente si tú ves alguna agrupación musical o banda de cornetas y tambores nadie lleva el ritmo que llevamos nosotros, eso desapareció, pero nosotros lo que queríamos era continuar con ese sonido que tanto le gusta a la gente de Cuenca. Por otro lado el proyecto vino a solucionar una cuestión organizativa, pues la Junta de Cofradías tenía que estar buscando una banda todos los años para abrir los desfiles y es cierto que hubo años que vinieron bandas que no cuadraban con es estilo y el modo que tenemos los conquenses de vivir la Semana Santa

¿Cuál es el estilo de la banda de la Junta de Cofradías?

Según yo creo, una banda que encabeza un desfile, pues es la primera imagen que tienes de ese desfile y puede cambiarte la percepción
respecto a toda la procesión. Yo creo que la importancia de la banda es esa, representar a la Junta de Cofradías, evidentemente, y tener un respeto por el desfile profesional y la Semana Santa de Cuenca. Yo creo que es nuestra misión es transmitir una solemnidad y desfilar serios, de manera marcial y ser consciente de lo que representamos.

¿Cómo ha cambiado en estos 20 años la banda?
Los «pilares» de Poyatos en la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías. FOTO: Miriam Melero

Ha tenido un cambio radical y quizá a lo mejor no hace 20 años, quizá haga menos. Yo recuerdo cuando la fundamos sacar alguna marcha de trompeta, pero la mayoría eran cornetas. Al cambiar ese estilo de música hemos ido aumentando el número y variedad de instrumentos de viento y de viento metal hasta lo que sería una agrupación musical, ahora llevamos trombones, tubas, cornetas, trompetas…hay mucha instrumentación. Al tener antes una instrumentación más limitada teníamos que ceñirnos a lo que podríamos tocar, ahora tenemos entre 28 o 29 marchas. El estilo musical ha ido cambiando al ampliarse la banda, se ha vuelto más melódico y no suena tan metálico, aunque nosotros le ponemos las mismas ganas. Podemos decir que la banda ha ido mejorando muchísimo año tras año, sacando marchas nuevas, intentando coger imagen de algunas agrupaciones bastante más famosas aquí en España y asemejarse a eso sin renunciar a nuestro ritmo y a nuestro toque de tambor.

¿Hacia dónde va la banda de cara al futuro?

Yo ya no voy a estar porque a mí ya cada año me cuesta más, ando rondando ya el medio siglo. Futuro tampoco se puede saber, pero lo que yo si noto últimamente es que a la gente más joven le va tirando el tema de la banda, ayer por ejemplo había más de 100 personas viendo el ensayo, entonces imagino que a esa gente joven en algún momento le entrará la curiosidad y tendrá ganas de participar en algo tan bonito como es un desfile de la Semana Santa de Cuenca con una banda. A nivel musical, siempre he dicho que me encantaría incorporar ente que toque algún instrumento diferente a lo que llevamos ahora porque haría a la banda pegar un salto de calidad.

¿Celebrarán de algún modo este 20 aniversario?

De momento no, sí que tenemos alguna salida extraordinaria, pero por el 20 aniversario quizá el año que viene, como se hace el 20 aniversario del primer desfile que hicimos como Banda de Trompetas y Tambores si que preparemos alguna cosilla por ahí, pero todavía no lo tenemos pensado.

¿Cómo empezó en el mundo de la música?

Yo empecé en mi pueblo, en Valverde de Júcar, con 13 o 14 años. José María, el antiguo director de la banda iba allí a enseñarnos a tocar los tambores y las trompetas. Yo tocaba el tambor hasta que con 18 aprendí a tocar la trompeta. En mi pueblo tenemos Semana Santa pequeña, pero a mí me llamaba mucho la atención lo de aquí de Cuenca y mis hermanos tocaban aquí. Entonces hablé con José María y me dijo que me viniera y mi primera Semana Santa aquí fue en el año 1996. A partir de ese momento yo ya no lo dejé hasta que estuvimos con la banda Amigos de Cuenca tres o cuatro años sin salir, yo me volví para el pueblo y al fundar José María, la Banda de Trompetas y Tambores, me volvió a llamar y volví a Cuenca.

¿Hay algún momento especial que haya vivido a lo largo de todos estos años en la banda?

Con tantos años en la banda ha habido muchos, pero quizá el año pasado fue el más importante para mi. A pesar de que tuvimos una semana santa nefasta con todas las suspensiones, fue un año muy bonito para mi porque pude sacar por primera vez a mi hijo en la banda. Fue bastante emotivo, si por él hubiera sido habría salido antes porque siempre le ha gustado, pero ya este año va a cumplir 16. Le hicimos su uniforme y salió. Creo que cada Semana Santa tiene algún momento especial, para mi también es muy bonito tocarle al Huerto del Jueves Santo o a la Amargura cuando hacemos las despedidas.

Javier Poyatos. FOTO: Miriam Melero
¿Cómo vive usted la Semana Santa de Cuenca siendo nazareno?

Ser de la banda y ser nazareno es incompatible, eres una cosa u otra. Yo digo que los de la banda somos nazarenos de gorra de plato, pero la banda te obliga a tener exclusividad al cien por cien porque son muchas horas día tras día y no puedes tocar en una procesión y luego irte a sacar un paso.

¿Qué puntos recomendaría a alguien que no conoce la Semana Santa para que disfrute de la Banda de la Junta de Cofradías?

Lo más llamativo posiblemente sean las Curvas de la Audiencia. De todas formas, yo creo que toda la bajada del casco antiguo, desde plaza mayor es lo más bonito por el entorno y por la sonoridad que tienen esas calles, con una acústica especial. Pero si quieres ver a la banda desfilar y disfrutar de esos cruces tan marcados el punto clave son las Curvas de la Audiencia.

¿Qué tiene que hacer alguien para formar parte de la banda?

En teoría nada, siempre que me preguntan esto contesto que lo primero es tener un mínimo de edad porque con 12 o 13 años tú no puedes aguantar una Semana Santa entera con un tambor o con un bombo. Luego, aparte, están los uniformes por las nubes, preparas un uniforme a una persona de 13 años y cada año hay que hacerle otro. Por eso siempre digo que mínimo hay que tener 16 años para aguantar y por el tema de la uniformidad. En cuanto a los instrumentos, no hace falta que sepas que tocarlo ni que tengas claro el que quieras tocar aunque por supuesto estamos encantados de tener gente que sabe tocar y que ya tiene una base. Yo enseño a todo aquel que llega, el tambor son fundamentalmente los cambios de ritmo en las marchas y la trompeta si que es algo más complicado. Allí estamos gente apasionada con la Semana Santa, la música y la banda en sí pero que por lo general no tenemos estudios musicales, porque lo que la mayoría tocamos de oído. Yo me acuerdo de ir algún verano con las chicas, que nunca han tocado un instrumento, ponerse a tocar la trompeta y en la Semana Santa del año siguiente salir tocando. La clave es cogerlo con ganas y dedicarle tiempo.