Los paraísos naturales de Castilla-La Mancha, más cerca que nunca

Castilla-La Mancha dispone de un amplio territorio que cuenta entre sus bondades con una gran cantidad de paraísos naturales. Pequeños rincones en los que perderse a escuchar el discurrir de un fresco arroyo; sentir el aroma de grandes espacios en los que deleitar la mirada ante un inmenso atardecer. Nunca estos lugares han estado tan cerca.

Y es que bosques y montañas pintan aproximadamente la mitad del paisaje regional, dejando enclaves naturales únicos. Como muestra, en Castilla-La Mancha hay dos parques nacionales y siete parques naturales en una lista que cuenta con más de cien espacios naturales protegidos. Son tesoros descongestionados en los que perderse y desconectar del día a día.

Valles, sierras, ríos, cañones, simas, barrancos, lagunas… accidentes geográficos de todo tipo que hacen las delicias de los amantes de la naturaleza. También configuran lugares idóneos en los que practicar múltiples actividades de turismo activo.

Parque de Cabañeros. Foto: Turismo Castilla-La Mancha/David Blázquez

Dos de los quince parques nacionales de España están en Castilla-La Mancha

Castilla-La Mancha cuenta con el privilegio de ser cuna de dos de los quince parques nacionales que hay en España. Son los parques de Cabañeros y las Tablas de Daimiel, dos lugares únicos, refugios naturales donde se pueden observar algunas de las especies más emblemáticas de la flora y la fauna ibérica.

Cabañeros alberga intacto el gran bosque mediterráneo de Europa, donde los visitantes pueden contemplar fósiles de más de 500 años de antigüedad. En sus tierras conviven grandes mamíferos como cabras montesas, corzos, jabalíes y el ciervo ibérico, protagonista único en época de berrea. También se pueden observar aves como el águila imperial y el buitre negro. Es por su fauna y variada flora un lugar idóneo para hacer senderismo y rutas a caballo.

Las Tablas de Daimiel son un humedal único en el planeta. Declarada como Reserva de la Bioesfera por la UNESCO, es el último representante del ecosistema denominado tablas fluviales, antes característico en la llanura central de la Penínisula Ibérica. Los desbordamientos de los ríos Guadiana y Cigüela en su confluencia nutren al entorno de un paisaje excepcional en el que las aves hacen una parada durante sus migraciones.

Red de parques naturales

La red de parques naturales y los rincones de especial riqueza medioambiental de Castilla-La Mancha tiene una extensión de más de medio millón de hectáreas. Son siete los parques naturales de la región en los que se puede contemplar un abanico de colores y emociones que no deja indiferente a nadie. El del Alto tajo se caracteriza por sus rocas calizas y areniscas rojas que dejan cañones y hoces fluviales con singulares formas de cuchillos, agujas y monolitos; el cañón de la Hoz de Pelegrina –con el Barranco del río Dulce y su espectacular mirador de Félix Rodríguez de la Fuente– permite cómodas rutas para todos los públicos; los calares del Mundo y de la Sima ostentan una altísima riqueza de flora endémica; o las coloridas y mágicas Lagunas de Ruidera. En la espectacular Serranía de Cuenca se puede encontrar su Ciudad Encantada, el Ventano del Diablo, el nacimiento del Río Cuervo, o el Parque Cinegético de El Hosquillo, un lugar perfecto para visitar y ver ciervos, gamos, muflones, corzos, cabras montesas, lobos y hasta osos pardos. La desconocida Sierra Norte de Guadalajara cuenta con el espectacular Hayedo de Tejera Negra, el Pico del Lobo Cebollera y la Reserva Fluvial del río Pelagallina; y el valle de Alcudia y Sierra Madrona tiene tres manifestaciones de vulcanismo.

La larga lista de sitios de interés en la región incluye las escarpadas Hoces del Cabriel, la norteña Sierra de Ayllón, la Sierra de San Vicente entre los valles del Tiétar y del Tajo, la Vía Verde de la Jara –cuya ruta en bicicleta de montaña es apta para todos los públicos–, los enigmáticos volcanes del Campo de Calatrava o–, las hoces de Beteta y sus famosos manantiales de aguas minero-medicinales, o el cañón del Júcar.

Rutas en bicicleta únicas. Foto: Turismo Castilla-La Mancha/David Blázquez

Además, las provincias de Cuenca y Ciudad Real suman una treintena de rincones privilegiados desde los que observar la inmensidad del Universo. Ofrecen cielos limpios y despejados, libres de cualquier fuente lumínica que entorpezca la contemplación de estrellas, constelaciones y planetas. Son Destino Turístico Starlight, un sello que poseen aquellos lugares del mundo en los que, de la mano de la naturaleza, se puede observar toda la grandiosidad del cielo. Se agrupan en el Parque Astronómico de la Serranía Conquense y el Parque Natural Valle de Alcudia y Sierra Madrona.

Experiencias únicas

Castilla-La Mancha ofrece a sus viajeros una gran cantidad de actividades a realizar, desde la más tranquila observación para los que buscan tranquilidad y sosiego hasta las experiencias más extremas para los que quieren un chute de adrenalina. Las posibilidades son inagotables: descender cañones, colgar de cuerdas a centenares de metros del suelo, surcar en una balsa un río cristalino, adentrarse en cuevas, pedalear en serpenteantes senderos, pasear por bosques centenarios, contemplar la danza de las aves, asomarse a un volcán, adentrarse en el reino del lince y el ciervo, pedir deseos a cientos de estrellas fugaces, darse un chapuzón en cómodas playas de interior, relajarse con el paseo sereno por paisajes eternos… A pie, en bici, a caballo, por tierra, agua y aire, Castilla-La Mancha invita a disfrutar de sus paraísos naturales, ahora más cerca que nunca.

Altomira. Foto: Turismo Castilla-La Mancha/David Blázquez