Un proyecto estudia en El Campichuelo el uso del purín de porcino como abono orgánico alternativo al químico

ECIPUR está estudiando el efecto que el uso de este abono orgánico tiene sobre cereal y girasol y la comparativa con el uso del fertilizante químico en las mismas parcelas

ECIPUR es un proyecto que se está desarrollando a través del Grupo Operativo integrado por la Universidad de Castilla-La Mancha, el Instituto Técnico Agronómico Provincial de Albacete, ICPOR y ASAJA, en colaboración con agricultores y ganaderos. El uso de purín como abono orgánico obtiene rendimientos similares a los abonos químicos y se convierte en una alternativa solvente para la fertilización de las tierras de cultivo. Así se desprende de los primeros resultados del proyecto ECIPUR que, a través de un proyecto con fondos europeos, está analizando modelos de economía circular en el sector porcino para favorecer la sostenibilidad y eficiencia del sector porcino.

De este modo, reducir los costes de producción agrícola, minimizando el uso de fertilizantes químicos de síntesis, en el marco de una agronomía competente y competitiva, permite crear una economía circular sostenible con un modelo integral de producción porcina que minimice el impacto de estas explotaciones en el medio ambiente, aprovechando los estiércoles líquidos disponibles para la fertilización de cultivos destinados a la alimentación animal.  

El sector porcino se caracteriza por su complejidad y por su continua adaptación a las exigencias de la actual coyuntura agroalimentaria en transición ecológica hacia modelos sostenibles. La caracterización, evolución y diagnóstico del sector ganadero porcino de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha constituye uno de los ejes principales del proyecto. El censo porcino en nuestra región está por detrás de Aragón, Cataluña, Castilla y León, y de Andalucía, pero los desafíos tecnológicos a nivel comarcal e incluso municipal justifican su análisis y un diagnóstico certero.

El proyecto consta de varios ensayos en parcelas de Mariana y Ribagorda, en la provincia de Cuenca, donde se está estudiando el efecto que el uso de este abono orgánico tiene sobre cereal y girasol y la comparativa con el uso del fertilizante químico en las mismas parcelas.

Según señalan los impulsores del proyecto en nota de prensa, los primeros resultados del estudio relativos al ciclo completo del cultivo del girasol «establecen que, a nivel productivo, el rendimiento por hectárea no se ha visto reducido por lo que las aplicaciones minerales pueden ser sustituidas por los purines que se generan en las explotaciones ganaderas».

El estudio refleja que «se obtienen resultados semejantes en los tratamientos que se han realizado con purines en comparación con la fertilización mineral por lo que, este tipo de abono orgánico se presenta como una alternativa válida frente al abonado químico en el cultivo del girasol, ya que permite utilizar este recurso como un fertilizante, garantizando una economía circular en las explotaciones ganaderas, sin alterar significativamente los datos obtenidos en la producción y en la calidad del producto final».

En cuanto a los indicadores medioambientales como la huella de carbono, para cuyo cálculo se ha utilizado la calculadora digital del Ministerio de Transición Ecológica, el avance del estudio concluye que el CO₂ por hectárea emitido es similar tanto si se usa el abono orgánico como el fertilizante químico.

Estas mismas fuentes apuntan que «las primeras conclusiones del proyecto «son muy positivas y demuestran la viabilidad de las aplicaciones orgánicas en las explotaciones agrícolas». «Los purines garantizan una economía circular en Castilla-La Mancha ofreciendo a los agricultores una alternativa que les supone un ahorro de costes significativo además de la sustitución de fertilizantes químicos por orgánicos que mejoran la estructura del suelo y aportan materia orgánica a la tierra”, afirma el catedrático de Producción Vegetal de la UCLM, Francisco Montero.

Por lo que respecta al ámbito medioambiental, gracias a la puesta en marcha de este proyecto y a los resultados que está arrojando, fruto de una investigación exhaustiva, se promueve el buen uso del purín, con una aplicación homogénea y uniforme que evita el exceso de nitrógeno, “al saber exactamente cuál es la cantidad necesaria a aplicar para que el cultivo reciba el abono que necesita evitamos aplicar un exceso de abono y el correspondiente riesgo de filtración a las aguas subterráneas que tanto nos preocupa”. Además, el estudio sobre el uso de purines como abono orgánico «apoya el requerimiento europeo de reducción de fertilizantes químicos en 50 por ciento en los próximos años».

Los estudios de viabilidad en la distribución y aplicación en superficies agrarias del estiércol líquido producido exigen estudios topológicos sobre superficies teóricas equivalentes, susceptibles de validación administrativa en lo que respecta a la normativa vigente, que se llevan a cabo actualmente utilizando sistemas de información geográfica, teledetección y drones. Una vez obtenidos los primeros resultados, el proyecto ECIPUR continúa con los trabajos en las siguientes campañas de cereal para ratificar las primeras conclusiones y confirmar el potencial de los purines como fertilizante orgánico.

En este contexto, el registro de explotaciones ganaderas de la JCCM (2023) refiere un total de 1258 explotaciones de producción y reproducción de las que más del 85% (1099) se encuentran en régimen intensivo o mixto, con una capacidad máxima de 2.347.840 plazas/año. Todo ello representa que Castilla La Mancha es la cuarta productora de cerdo a nivel nacional, con empleos directos, indirectos e inducidos que afectan a unas 33.000 personas, que producen 400.000 toneladas de carne, de las que el 5,37 % se exporta, y que alcanzan un valor de mercado de 448 millones de euros, lo que supone el 5,8 por ciento global. La distribución provincial en número de explotaciones y de plazas sitúa a Toledo en primer lugar ( 63% y 62% respectivamente), Cuenca (15% y 17%) y Albacete (11% y 18%).

Proyecto con fondos europeos

Esta iniciativa está cofinanciada al 90% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), un 7% lo aporta la Consejería de Agricultura y el resto procede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

La participación de ASAJA se enmarca centro de su implicación en iniciativas orientadas al desarrollo rural a través de propuestas y actividades en el sector agrario, que potencien la estabilidad económica y social de agricultores y ganaderos. Y está comprometida directamente con sus asociados y con el sector agrario aportando su colaboración directa en infraestructuras de producción, instalaciones y, especialmente, con su experiencia como empresarios agrarios, para contribuir en el desarrollo y difusión de esquemas basados en una economía circular aplicada al sector agrario. De igual modo ASAJA desarrolla su compromiso en la formación de jóvenes e incluye y potencia su orientación a los aspectos relaciones con la porcinocultura.