Un grupo internacional de paleontólogos excavará yacimientos en Carrascosa del Campo y Huete

Durante la campaña, los investigadores trabajarán de manera sistemática para encontrar nuevos fósiles y contribuir a la colección del Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha.

Durante las dos primeras semanas de septiembre, un grupo internacional de paleontólogos de la Universidad de Gotemburgo, el CENIEH, la Universidad de Cambridge y la Universidad de Alcalá, entre otras instituciones liderados por el investigador de la Universidad de Gotemburgo Fernando Blanco, reabrirá las excavaciones en los yacimientos paleontológicos del Cerro Arenoso en Carrascosa del Campo y de Valquemado en Huete. Durante la campaña, los investigadores trabajarán de manera sistemática para encontrar nuevos fósiles y contribuir a la colección del Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha.

La excavación, que durará del 1 al 15 de septiembre, es el inicio de un proyecto más amplio en el que los investigadores pretenden continuar el estudio de la cuenca de Loranca, iniciado a finales de los años 60 con las excavaciones en el Cerro Arenoso, según informa Blanco. “Nuestra intención es conseguir financiación para estudiar toda la cuenca de Loranca en el futuro. Esta cuenca dispone de una serie de yacimientos ricos en fósiles que se extienden por más de 20 millones de años. Su estudio nos permitirá responder a grandes preguntas sobre la evolución de los mamíferos,” comenta el investigador. Destaca que estos yacimientos son clave «para entender la diversidad de mamíferos que tenemos hoy en día. Comprender la evolución de las especies en el pasado nos ayudará a entender su estado actual y cómo evolucionarán en el futuro”.

Ignacio A. Lazagabaster, investigador del CENIEH y co-director de las excavaciones, destaca que el proyecto no solo tiene un enfoque científico, sino también un impacto en la población local. “El rico patrimonio paleontológico de la zona no solo tiene un valor cultural incalculable, sino que también puede impulsar la economía local. Queremos que el yacimiento y el futuro proyecto de la cuenca de Loranca tengan una repercusión económica en la zona” añade Lazagabaster.

Además, los investigadores, en colaboración con el Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha y gracias al apoyo del programa MICE 2024 de la Junta de Castilla-La Mancha, organizarán una serie de charlas sobre paleontología y evolución para el público general durante las dos primeras semanas de septiembre. Las charlas se llevarán a cabo a las 19:30 en el centro cultural El Silo de Carrascosa del Campo, y comienzan el 3 de septiembre.

La historia paleontológica del Cerro Arenoso y Valquemado

Según informa Blanco, el yacimiento paleontológico del Cerro Arenoso data de hace aproximadamente 29-30 millones de años. Descubierto a finales de los años 60 durante las obras del trasvase Tajo-Segura en la localidad conquense de Carrascosa del Campo, se realizaron excavaciones que revelaron «la importancia clave del yacimiento para estudiar la transición Eoceno-Oligoceno. Se encontraron una mezcla de faunas de mamíferos de épocas anteriores, como los últimos representantes de una familia de artiodáctilos similares a los suidos (actuales cerdos) llamada Dichobunidae, junto con representantes de faunas modernas, como especies de la familia Gelocidae, que dieron lugar a rumiantes modernos como ciervos, bóvidos (incluidos bisontes y ñus) y jirafidos (representados hoy por jirafas y okapis)». Las últimas excavaciones se realizaron en los años 90, y desde entonces el yacimiento ha permanecido inactivo.

Por su parte, el yacimiento de Valquemado data del Mioceno inferior, en torno a 23 millones de años. Este yacimiento continúa la secuencia temporal iniciada en Cerro Arenoso, «mostrando el reemplazo de las faunas arcaicas del Paleógeno (era anterior) por faunas típicas del Neógeno, similares a las actuales. La evidencia disponible sugiere que en Valquemado solo ha persistido un género (Cainotherium) de los documentados en Cerro Arenoso. En este yacimiento se observa la diversificación de artiodáctilos (parientes de los actuales jabalíes, antílopes y jirafas), que superan en abundancia y diversidad a los perisodáctilos (incluidos caballos y rinocerontes), invirtiendo la tendencia de la era anterior y que se mantiene hasta nuestros días».