El boxeador taranconero ‘El Galgo’ publica su autobiografía ‘Solo un luchador’

Con recuerdos que, a través de la historia de este campeón de España, trasladan al Tarancón sociocultural, deportivo, costumbrista y tradicional de los años 60 y 70 del siglo XX.

‘Solo un luchador’ es la autobiografía del taranconero Pablo Sánchez Sánchez, subtitulada ‘La historia de una gladiador de nuestra era’, descubre la vida de un joven de pueblo que llegó a campeón de España de boxeo. Un soñador, pero que siempre tuvo los pies en el suelo y supo discernir el éxito del cuadrilátero y su profesión y vida familiar.

Con más de medio centenar de combates como amateur, salvo una docena todos ganados por ‘KO’, antes del tiempo, Pablo Sánchez ‘El Galgo’, logró el título de campeón de España de los pesos medios en una histórica velada en su ciudad natal, Tarancón un 7 de septiembre de 1970.

Retuvo el título durante casi 3 años, defendido en dos ocasiones, para perder en un combate en 1973 en Zaragoza. Tocó la gloria, el éxito, pero con su humildad, sencillez y capacidad de trabajo, no se desligó de lo que había y ha sido siempre su profesión de maestro chacinero, donde supo ganarse un merecido prestigio.

‘El Galgo’ en su feliz jubilación, ahora dedicado al golf y con reuniones periódicas con ex boxeadores de su época, cuenta con una biografía editada que ha salido a la calle, pero no es una biografía al uso. En ella, en seis capítulos y 160 páginas, de fácil lectura, los numerosos seguidores de aquel campeón de España de boxeo, pueden descubrir el arduo trabajo, no solo de él, con sus sueños cumplidos en buena parte, además, el sentido de la responsabilidad, el amor y respeto hacia la familia y la sociedad. La amistad y el agradecimiento.                                                                                      

Estaba previsto un acto de presentación en Tarancón, pero la pandemia no lo hizo posible y se ha puesto a la venta el libro, si bien, no se descarta que se pueda llevar a cabo el acto si la pandemia permite ir levantando las medidas sanitarias.

Pablo Sánchez está en posesión de la Medalla de Plata al Mérito Deportivo por su trayectoria como boxeador (1999) entregada en el año 2000 por José Bono a propuesta de Gonzalo Pelayo.

Es el menor de diez hermanos, de una familia trabajadora, emprendedora, unida, de creencias republicanas. El padre, Ángel, amigo del general Emilio Villaescusa, el pintor Emiliano Lozano y la familia Rius, todas de raigambre taranconera, que nos descubre en este libro.

Pablo Sánchez agradece a uno de sus sobrinos, Alejandro Sánchez el que fuera el impulsor de que vieran la luz “un montón de hojas de papel escritas a mano con una letra difícil de comprender”, dice en la introducción del mismo que ha contado con la colaboración del que fuera autor de la biografía de Juan Carlos de la Ossa ‘Tete’ el pentacampeón de España de Campo a Través en la década del 2000; Javier García Herrero,  taranconero, residente en Aranjuez, quien en la presentación confiesa no entender de boxeo, “ni siquiera soy aficionado. Tampoco es necesario” dice para adelantar al lector que “no es la historia de un boxeador. Es la historia de un luchador”

El libro es ameno e hilvana cosas y gentes de Tarancón, situando escenas en momentos de la década de los 6o y 70 e incluso en la actualidad. Se encuentran parajes, familias, calles y personajes conocidos.

De esos folios manuscritos de ‘El Galgo’, además de las referencias familiares, desde el amor a sus padres Dolores y Ángel, se habla de la forma de vida de su niñez y sus sueños, pero siempre con el respeto y disciplina familiar. Lo que le llevó a ser aprendiz de peluquero con su tío Edu;algo que no le gustaba mucho, pero no se le daba mal. Su padre le dio a elegir entre seguir la profesión familiar de matarife, como alguno de sus hermanos o estudiar, esto último no se le daba muy bien.

En el libro se descubre su afición al deporte, hasta montar con sus amigos un gimnasio en casa de sus padres para entrenar. Jugó al fútbol y pudo haber sido un buen lateral, incluso se interesó por él el Atlético de Madrid.

Representó a Tarancón en campeonatos provinciales de atletismo, con la entonces OJE y logró cinco títulos provinciales, cuyas medallas, cuenta “mi madre dijo que las pondría a la venta…”  sin duda por las necesidades familiares.

En el Servicio Militar cuando había que cortar el pelo a la tropa, pidieron si alguien sabía hacerlo y salió él, con esta tarea ganaba algunas pesetas, pero no se conformaba y pidió a su padre que hablara con Emilio Villaescusa para que los trasladaran de cuartel donde él quería para estar más cerca del gimnasio para entrenar.

Habla de las relaciones y el apoyo de sus hermanos y hermanas, una de ellas monja en Sevilla. De sus entrenadores París, King Tunero que lo hizo campeón. De cómo simultaneaba el trabajo en la fábrica de embutidos para poder entrenar y realizar combates. Cómo vivió momentos de éxito, viajes por España y las veladas y carteles…

El Pablo Sánchez, incansable trabajador y de alguna forma soñador, pero en todo caso, consciente que el deporte del boxeo no sería para toda la vida y no dejó su profesión, en la que agradece la confianza de Luis Loriente su jefe en Tarancón cuando lo envió a realizar el curso para ese fin. La responsabilidad en todas las empresas que ha trabajado. De los vaivenes empresariales hasta el éxito en su fábrica de Valdilecha, cuando comenzó con una báscula y una registradora con la que cobraba su mujer.

Fiel a la familia, como a él le habían educado, es padre de tres hijas, que no querían seguir la profesión del padre en la empresa y ante las dificultades por las exigencias sanitarias para contar con la fábrica de embutidos, que en un momento importante dejó para dedicarse a la  actividad inmobiliaria y poder “jubilarme con 60 años” y dedicarse al golf y reunirse como hace con ex boxeadores, después de haber pasado por el quirófano, para unas placas en las piernas.

Ha sido un boxeador que no ha estado castigado ni el rosto, ni la mente, algo que sorprendía a no pocos especialistas y supo dejarlo en su momento.

El lector encontrará en esta historia, sencilla, muchos nombres a los que agradece su confianza y ha mantenido su amistad. Otros recordados, ya fallecidos, sobre todo a quienes organizaron, no solo la velada del Campeonato de España donde se erigió campeón en l970 y otros de amateur en su ciudad natal, desde donde se fletaban autocares para seguirlo en sus veladas en la capital de España o a Cuenca, donde también peleó. Sánchez también combatió en otros países, Inglaterra y Francia.

La bibliografía taranconera sigue incrementándose, enriqueciéndose y acercando a hombres y mujeres que han llevado con brillantez el nombre de Tarancón, que han defendido con dignidad.

Un recorrido por el Tarancón de la época desde el Celemín, donde vivía la familia y vino al mundo. La escuela con doña Josefina, de ahí a las de la Plaza de España y el Colegio Melchor Cano, donde pudo acudir por el convenio de su padre con la matanza, los embutidos para el centro para que él tuviera allí la beca, pero no era lo suyo los estudios. De los combates organizados en Tarancón, en corto espacio de tiempo, tres alcaldes subieron al ring a entregar trofeos, Santiago Moya, Isidro Saiz y Francisco Manzanares.

Datos, recuerdos que a través de la historia de Pablo Sánchez, el campeón de España, nos trasladan al Tarancón sociocultural, deportivo, costumbrista y tradicional de la ciudad en los 60 y 70. Merece la pena su lectura.