Cuenca Ahora sostiene que Tarancón pierde competitividad como zona industrial por la falta de tren convencional

La formación critica al PSOE por no haber apoyado en el pleno una moción para el restablecimiento de este medio de transporte

Cuenca Ahora denuncia «la hipocresía de los socialistas de Tarancón» tras votar en contra de la moción presentada por el movimiento en la que se solicitaba el restablecimiento de la línea de ferrocarril entre Madrid, Tarancón, Cuenca y Valencia. La formación también pedía «unirse a la principal asociación, Pueblos con el Tren, que defiende un medio de transporte imprescindible para la provincia».

David Cardeñosa, concejal de Cuenca Ahora en la localidad, ha recordado que el PSOE votó en contra de esta moción minutos después de que el mismo partido socialista afirmase que “apoyaría cualquier medida por la mejora del transporte público”, consumando de esta forma lo que Cardeñosa considera una “traición” del PSOE a su propia localidad.

Del mismo modo Cardeñosa ha afirmado que el PSOE de Tarancón siguió “argumentos falaces” sobre las supuestas bondades del PlanXCuenca «que únicamente beneficia a la capital, negándose de esta forma a reconocer algo que es evidente y que incluso en su fuero interno apoyan como es la proporcionalidad entre diferentes opciones de transporte público y el progresos económico y demográfico que supone el ferrocarril, afirmado el mismo día que se presentó esta moción por el ministro de Trasporte, Oscar Puente».

Además, Cardeñosa recuerda al wquipo de gobierno la pérdida de competitividad de la zona con la falta de este tipo de transporte, que sí que tienen otros corredores cercanos como el del Henares o la Sagra, este último demostrado con el traslado de la empresa IDLogistics desde Tarancón hasta Illescas.

“La conclusión es clara, el ferrocarril si se cuida, se invierte y se pelea para que preste un servicio digno atrae riqueza y oportunidades”, asegura Cardeñosa ante los “intereses partidistas” de los que asegura que los socialistas de Tarancón están vendidos a Cuenca y Toledo, dejando atrás las necesidades de los taranconeros a los que están gobernando.