Pues ya estamos en el nuevo año, con renovadas ilusiones y esperanzas, de que, ante todo, se pare la pandemia (aunque pendientes los próximos días de la situación) y ante todo se recobre a través de la salud, esa nueva normalidad. Una despedida con el deseo de que la pesadilla pase, olvidar y superar los último nueve meses, en el que es cierto que como toda regla ha tenido su excepción y no ha faltado alguna aglomeración ante algún establecimiento hostelero, una vez que terminó la jornada laboral, al medio día del 31, para quienes tuvieron que acudir al centro de trabajo y quienes ya despedían incluso la semana coincidiendo con el fin de año y mes, porque es cierto que no falta quien tiene que completar ese día también y atender establecimientos comerciales, sobre todo.
Grupos de compañeros, de amigos e incluso algún familiar a tomar y brindar antes de la cena o celebrar comidas de fin de año en algunos establecimientos, siempre intentando respetar las normas sanitarias. Pero mucho menos numerosas y muy escalonadas. Establecimientos, pocos, que estuvieron sirviendo hasta media tarde, en la que ya comenzaron las reuniones familiares para las cenas fin de año.
Suculentas cenas en la mayor parte de los casos. También mucho menos multitudinarias, respetando los diez asistentes, por lo que mas hogares se vieron así con cenas de fin de año. Y, las uvas de la suerte, las campanadas, con la previa que hicieron una vez mas el grupo Sesparke en su canal de redes sociales para dar paso a las de las diferentes televisiones, seguidas en familias. Desde las emotivas de La 1 de TVE con Ana Obregon cerrando un año también difícil para ella en lo personal en esa reaparición publica a las no menos emotivas de homenaje a los millares de fallecidos por la Covid con el concierto de Nacho Cano que ponía el vello de punta en Atresmedia o las mas cercanas de CMN. No ha faltado quien ha seguido incluso las de Canarias en alguna de las cadenas nacionales.
Tras el brindis y las doce uvas de la suerte, sí hubo movimiento de vehículos y personas por las calles de Tarancón, pero en todo caso, a la hora del toque de queda, 0,30 de la madrugada, volvió el silencio, la calma a las calles, pese a que se podría observar iluminación interior en los hogares, siguiendo las programaciones especiales de las televisiones.
Al amanecer calles desiertas, sin trafico ni peatones, como suele ser habitual cada primero de año, pero en esta ocasión, sin los grupos, sobre todo de jóvenes que viven el amanecer tras las fiestas y reuniones en peñas y establecimientos, porque estos todos permanecieron cerrados, respetando el toque de queda y las medidas sanitarias. Un inicio de año atípico, pero esperanzado en que poco a poco se recupera la normalidad. La ilusión porque no se repita para después de los 365 días,
Un pequeño incidente, entre gamberrada o accidente, la rotura de un cristal en uno de los belenes en los escaparates, el parecer se produce poco antes de la media noche y la intervención de la policía Local, miembros de la Asociación y personal del Ayuntamiento, procedieron a señalizar para impedir el paso por el mismo y tapar la exposición de ese Belén, que con tanto ilusión monta la Asociación.
Que se pueda cumplir los buenos deseos y esperanzas de todos. Que se hagan realidad los proyectos personales y profesionales a lo largo del nuevo año que acabamos de estrenar, atrás quedan ya casi 10 meses para olvidar, aunque se ha llevado a muchas personas que no es fácil caigan en el olvido.
Ahora a esperar a los Reyes de la Ilusión, sin cabalgata, pero seguro que con alguna sorpresa.