Los conquenses, con nombres y apellidos de los pueblos de la Serranía Alta de Cuenca, han sido la materia prima con la que se ha elaborado «Piel de barro», un documental dirigido por el catalán Luis Gibert y guión de Jorge Garrosa que se ha estrenado en las salas cinematográficas esta semana.
El documental prescinde de valoraciones e interpretaciones para ir al testimonio real, directo…y no carente de implacables críticas. Testigos directos, narrados en primera persona por sus protagonistas, hombres y mujeres que viven y observan cómo estas tierras, los pueblos donde antaño vivieron sus padres y abuelos y que una vez estuvieron tan llenos de vida, poco a poco se van quedando desiertos y sin gente. No sólo describen el problema sino que también aportan soluciones.
El director Luis Gibert explica que el proyecto surgió desde una profunda experiencia vital vivida sobre el terreno. «Soy de Barcelona pero mi madre es de Beteta así que de pequeño pasé muchos veranos allí. Con motivo de la pandemia, mi mujer y yo decidimos quedarnos con nuestras hijas a pasar el otoño y el invierno en Beteta. Ha sido una experiencia fantástica. Allí es donde conozco a Jorge Garrosa, me presenta una revista con unos textos relativos a la España Vaciada con referencia expresa a la Serranía de Cuenca y fruto de ese diálogo decidimos hacer un documental».
«Piel de barro» se ha estrenado esta semana en el Cinema Maldá de Barcelona y a partir de aquí empieza una carrera de cines, festivales, televisiones y, por último, plataformas digitales. «Queremos que cuanta más gente lo vea, mejor porque es un documental que trata de algo que interesa muy poco en las ciudades. El problema lo tiene la gente de los pueblos pero lo que queremos es que lleguen esos testimonios a la gente que vive en las ciudades. Que se entere realemente de qué va esto de la España Vaciada. Y lo que estamos deseando es que se estrene en Cuenca, lógicamente», señala el director.
Veinte testimonios con «lo mejor de lo mejor»
Gisbert apunta que se necesitaron muchas horas de visualización se recogieron decenas de testimonios «de los treinta o cuarenta pueblos que hay en la Sierra Alta de Cuenca y queríamos coger lo mejor, de lo mejor, de lo mejor…para sintetizar en un documental de 82 minutos problemas y posibles soluciones. Hubo bastante trabajo de post-producción. Al final, son 20 testimonios que son de todos los colores y perfiles. Hay emprendedores, jubilados, funcionarios…un poco de todo para tener una idea lo más amplia posible de lo que está sucediendo en los pueblos».
El director destaca que «soluciones aportaron muchas y muy directas porque cuando hablas con la gente de los pueblos, lejos del infantilismo que tenemos en las ciudades, ellos no esconden nada. Dicen lo que tienen que decir de una forma muy contundente, quizás sencilla, muy natural pero implacable. Cuando hablas con la gente de pueblo es un placer porque todo es mucho más fácil. Definir el problema de la despoblación en una frase es muy complicado. La gente piensa que en las ciudades va a encontrar de todo y, después, te das cuenta que no. Que es otro mundo. En el documental se dan muchas ideas».
La experiencia en primera persona ha sido determinante para decidirle a dedicar su próximo trabajo al reto demográfico. «Me interesó el tema de la despoblación, en primer lugar, por vivir en un pueblo. Nunca había vivido en un pueblo y, de repente, me encuentro con que mis hijas van a un colegio rural, algo fantástico: diez niños y cinco profesores con una atención espectacular. Me cneuntro que mis hijas adquieren mucha autoconfianza porque con cinco o seis años van solas al colegio, a comprar el pan…algo impensable en Barcelona. Y el contacto con la naturaleza que lo tenemos tan a mano en pueblos como Beteta, el silencio…no iban a calses de violín o de danza como pueden ir en Barcelona. Y no pasa nada. Sin embargo, podían observar de cerca ciervos, buitres, cruzábamos el río helado…unas experiencias impresionantes. En función de todo esto me decidí y solamente me he dejado llevar por los testimonios».
«La gente de los pueblos está cansada de hablar del tema para, al final, no llegar a nada»
Gisbert ha destacado la actitud y la colaboración de los vecinos de la zona. «La gente respondió muy bien. Sin ningún problema. la gente de los pueblos está cansada de hablar del tema, de los políticos, los medios de comunicación…y al final, no llega nada. A la gente de Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza.. no les interesa para nada lo que pasa en los pueblos sólo para el fin de semana, los chorizos y el turismo rural. ¿A quién le interesa el tema de la despoblación? A la gente de los pueblos. Pero también es cierto que los pueblos han de hacerse ver. Debería haber más unión para ir todos en la misma dirección porque se ha atomizado mucho el problema. Esto le encanta a la administración para que no haya solución. Hay un montón de asociaciones, instituciones…cada uno va a lo suyo y así no se puede aportar una solución».
Luis Gisbert acaba de finalizar hace unos días un documental sobre el guitarrista Chicuelo y ya ha iniciado las labores de post-producción. Su anterior trabajo «37 grados» fue candidato a los Goya, relacionado con la mujer y las músicas urbanas. «Me gusta mucho el género del documental y quiero seguir contando historias de gente real», señala.
Ficha técnica
«Piel de barro» / España, 2021 / Dirección: Luís Gibert / Guión: Jorge Garrosa /Música: Elvira Checa
Intérpretes: Alfredo Monteagudo, Álvaro Garay, Amable Molina, Blanca Antón, Cristino Herráiz, Elena Sanz, Gonzalo Velis, Jesús Heras, Laia Santamaria, María Jesús Carreras, Nieves Choclán, Olga Ros, Pilar Pérez, Rocío López, Salvador Pérez, Virginia Mayordomo, Zoilo Rihuete, Ángel Rubio, Jorge Garrosa, José Miguel Plaza
Documental / 82 min / Versión original castellano / Apta para todos los públicos.