Los comercios de Almodóvar del Pinar incorporan un servicio de reparto a domicilio por el repunte de COVID-19

El Ayuntamiento contactó con el supermercado, la frutería, la farmacia y el estanco con el objetivo de frenar la propagación del virus en el pueblo

Los comercios de Almodóvar del Pinar han incorporado un servicio de reparto a domicilio dada la complicada situación de COVID-19 por la que pasa el municipio, con una treintena de casos positivos detectados. Así, y con el objetivo de frenar la propagación del virus en el pueblo, el Ayuntamiento contactó con el supermercado, la frutería, la farmacia y el estanco para reactivar un servicio de atención a domicilio que ya funcionó durante el confinamiento. Si algo hay que destacar en todos y cada uno de estos comercios es su gran disposición, pues apenas un par de tonos son suficientes para que descuelguen el teléfono con ánimo de atender a quien reclama el servicio.  

El farmacéutico titular de la farmacia, Ricardo Carrión, señala que en su caso ya estaban realizando con anterioridad este servicio para las personas con dificultades de movilidad. “Es un pueblo pequeño, aquí nos conocemos todos y ya estábamos llevando los medicamentos a los hogares, pero ahora con la COVID-19 ha aumentado sin duda el número de peticiones, porque los que son positivos o están confinados no tienen movilidad”.

Hasta el momento han utilizado este servicio de farmacia a domicilio medio centenar de personas, según revela Carrión, entre la treintena de positivos y sus contactos cercanos que están confinados. En su farmacia ha notado el aumento en las ventas en productos relacionados con los enfermos leves, tales como antibióticos, corticoides o heparinas, pero no de otros productos higiénicos relacionados con la pandemia como mascarillas o geles hidroalcohólicos.

En cuanto a las sensaciones que percibe en los clientes que visitan su farmacia, observa “cierta preocupación y sin duda tomando precauciones, pero al ser un pueblo pequeño el riesgo es bastante menor que en una gran ciudad. La gente se cuida, procura salir de casa lo menos posible, pero sigue llevando una vida más o menos normal porque no hay prácticamente lugares de ocio y hay un clima frío”.    

Por su parte, Adela Ferreras, propietaria del estanco, indica que “el que viene a por tabaco no está preocupado, pero sí hay un poco de miedo en otras personas que vienen a por otros productos, como servilletas o papel. Que en un pueblo así haya más de treinta positivos… son muchas personas”, sentencia.

Adela Ferreras no ha notado cambios en los hábitos de consumo como sí sucedió durante el Estado de Alarma “porque ya se han dado cuenta de que no va a faltar tabaco”. De momento no han recibido peticiones para el servicio “porque normalmente quien podría utilizarlo son personas mayores, que no compran tabaco”.

La dueña de la frutería, Maribel Campillo, recuerda que fue un servicio que ya pusieron en marcha durante el confinamiento “y ahora otra vez se ha vuelto a poner en marcha y sí está siendo utilizado, sobre todo por gente mayor o que están en casa porque dieron positivo”. A su juicio, no hay miedo o preocupación en el pueblo “este es un lugar tranquilo, los que han dado positivo están en su casa”.

Ricardo Carrión, estanco de Adela Ferreras y Maribel Campillo