La última campaña de excavación en el yacimiento paleontológico de Las Hoyas ha sacado a la luz un nuevo ejemplar de tiburón enano de agua dulce, una peculiaridad de este tesoro paleontológico ubicado en la Serranía de Cuenca, que ha incorporado la Inteligencia Artificial (IA) a sus excavaciones.
Los trabajos, impulsados por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) han finalizado hace apenas una semana. Jesús Marugán, codirector de la excavación, ha precisado que entre los hallazgos figura «un nuevo tiburón enano. Las Hoyas tiene unas características faunísticas muy particulares y entre ellas es que hay los tiburones. Se tratad de un tiburón enano, de tres o cuatro centímetros, menos que un chanquete. habíamos encontrado otros con anterioridad y encontrar este nos está diciendo que estaban ahí, que no eran accidentales ni anecdóticos». Estas mismas fuentes han indicado que «de momento no podemos decir mucho porque está en estudio. La singularidad que tienen es que son enanos y estamos todavía intentando comprender si eran o no juveniles. Los tiburones no eran raros en aquella época lo que es raro es el tamaño y que son de agua dulce. El hecho de estar en un humedal continental es un matiz importante también».
La campaña recién finalizada se ha prolongado durante unos diez días, más breve de lo normal y muy centrada en preparar el trabajo para años venideros, en la que han participado cerca de una treintena de personas. Una de las novedades ha sido la incorporación de la Inteligencia Artificial, en una fase inicial, como herramienta para las excavaciones. «Lo que estamos haciendo es una aproximación mucho más ecológica. Como si un ecólogo fuera al campo, muestrease todas las plantas y animales que hay y en sucesivas campañas iría viendo la dinámica de ese sistema. Pues nosotros estamos haciendo un estudio equivalente, es como el sueño del ecólogo. La inteligencia artificial nos va a simplificar la vida».
Marugán explica que el procedimiento permite utilizar la tecnología actual para ‘revisitar’ hoy en día un lugar con el aspecto que tenia hace millones de años, algo parecido a un viaje en el tiempo. «Con un dron podemos sacar una imagen de una superficie de unos 20-30 metros cuadrados, donde está registrada todo: fósiles de plantas y animales… Todo eso se ve en una instantánea que luego le llevamos al ordenador y con la inteligencia artificial la entrenamos los algoritmos, porque todavía estamos desarrollando, para que reconozcan las especies de plantas y de animales, nos midan los tamaños de los ejemplares, nos den las orientaciones…Es decir, toda una imagen multidimensional de lo que estaba ocurriendo ahí, que en realidad es lo más parecido a realmente estar allí en la actualidad», un viaje en el tiempo».
El codirector de Las Hoyas ha indicado que «llevamos tres años preparándolo y básicamente ahora lo que estamos haciendo ahora es desarrollarlo. Estamos colaborando con colegas ingenieros de la Facultad de Telecomunicaciones que se van a encargar de intentar implementar estos algoritmos. Los datos que nos hemos llevado de campo este año son los que ellos van a empezar a procesar. Estamos en la primera fase de desarrollo pero es muy prometedora. Las posibilidades que apunta…puede ser brutal». Otro de los objetivos es «incentivar a otros yacimientos parecidos al nuestro, en China, Alemania… a que comiencen a aplicar estas metodologías porque el salto para comprender la evolución y la dinámica del ecosistema es que no tiene precedente».
