La Audiencia Provincial de Cuenca tiene previsto juzgar este miércoles a un guardia civil para el que la Fiscalía solicita una pena de seis años de prisión con la accesoria de inhabilitación especial del derecho de sufragio pasivo durante la condena y 24 meses de multa con una cuota diaria de 12 euros. Además, se solicita la inhabilitación especial de empleo y cargo público por tiempo de seis años. Está acusado de un delito continuado de falsedad en documento oficial en concurso medial con un delito leve de estafa.
El fiscal señala en sus conclusiones provisionales que el acusado encontrándose de servicio el día 11 de agosto de 2018 junto a otro agente se dirigió a la plaza de Cañete donde se había concentrado gran cantidad de personas, oyendo cuando se acercaban que, alguno de ellos no identificado, «profería las expresión ‘cabrones’. En esta tesitura, transcurridos más de quince minutos de tales hechos y sin que el agente hubiera identificado a la persona que las había proferido», llegaron a la plaza dos hermanos limitándose el primero de ellos ante el tumulto de gente que se encontraba en el lugar a decir «vaya fiesta que tenéis aquí, que tenéis a la guardia civil, lo que motivó que el acusado en actitud absolutamente chulesca e intimidatoria se dirigiera a ellos solicitándoles su identificación pero sin que en dicho momento levantara acta de denuncia. No obstante tras finalizar el servicio, y con absoluto conocimiento de la inveracidad de su contenido, el acusado procedió a formalizar sendas actas de denuncia frente a ambos hermanos por la supuesta comisión de una falta de respeto y consideración a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el ejercicio de sus funciones, denuncias en las que a ambos imputaba haber proferido frente a los agentes la expresión «cabrones» al menos en dos ocasiones, cifrando la hora de tales hechos a la 1,30 hora del día 11 de agosto».
Asimismo, el relato de la Fiscalía indica que dos días después se cruzaron en la carretera que une las localidades de Salinas del Manzano con Cañete con el turismo matrícula conducido por uno de los hermanos al que el acusado «reconoció de inmediato, circunstancia que aprovechó para redactar un nuevo boletin de denuncia frente al mismo donde de manera absolutamente inveraz le imputaba la falta de conducción sin cinturón de seguridad».
Dado que había ocasionado unos daños en el vehículo oficial, «con la evidente finalidad de eludir cualquier tipo de responsabilidad» se puso en contacto con el propietario de una empresa y titular de varias máquinas retroexcavadoras, «citándolo para que acudiera a las dependencias oficiales de Cañete donde le propuso su colaboración a fin de redactar una declaración amistosa de accidente donde se hiciera constar que dichos daños habían sido causados por una de las máquinas de su propiedad» proposición que el empresario «ante la situación en la que se encontraba, en un cuartel de la Guardia Civil y ante un agente debidamente uniformado, no fue capaz de rechazar, facilitándole con tal finalidad la matrícula de una de las retroexcavadoras de su empresa».
De esta forma el acusado, tras haber tenido acceso a los datos personales del empresario y la compañía de seguros a través de la consulta de la base de datos SIGO de la Guardia Civil, y «formalizar un parte de servicio dando cuenta de la existencia de un supuesto golpe ocasionado por una miniexcavadora en el vehículo oficial procedió a confeccionar y rellenar un parte amistoso de accidente absolutamente mendaz donde se declaraba el supuesto siniestro ocurrido a las 7 horas del día 4 de diciembre de 2018 en el aparcamiento de la Hosteria de Cañete» cuando la retroexcavadora golpeó con detrás al vehículo policial que se encontraba debidamente estacionado, «siendo él mismo quien procedió a estampar una firma supuestamente perteneciente al conductor del vehículo supuestamente causante del accidente». La reparación de los daños del vehículo ascendió a 304,33 euros».
