La ‘familia’ de osos de El Hosquillo se reduce a doce ejemplares tras la muerte de dos oseznos nacidos en primavera

Han salido adelante los tres cachorros de Ginebra, la osa más experimentada. El veterinario de El Hosquillo asegura que "es algo natural en especies de fauna silvestre. Lo normal es que haya bajas"

El Parque de El Hosquillo alberga en la actualidad una población de doce osos tras el fallecimiento por causas naturales en un periodo reciente de dos de los cinco oseznos nacidos esta primavera en este enclave de la Serranía conquense. Han sobrevivido los tres cachorros de Ginebra, la osa más veterana y experimentada.

El veterinario de El Hosquillo, Miguel Ángel Verona, ha precisado que «al final se han quedado solamente los tres de Ginebra, que era la osa más experimentada, que había parido varias veces. Las dos que habían parido por primera vez, tanto Negrita como Sierra, no los han podido sacar adelante. Una de ellas aborreció al osezno que es algo muy habitual en las especies de fauna silvestre. Y el de Sierra tampoco salió. Los tres de Ginebra que ya están bastante grandes y creo que ya no tendrán ningún problema. Es la hembra más veterana y la que defiende mejor a los cachorros».

Estas mismas fuentes han indicado que «hace un par de meses confirmamos que uno de los oseznos había fallecido y el otro ha sido hace un mes o un mes y pico». Asimismo, han puesto de relieve que «es algo natural. Lo normal en estos casos es que haya bajas y en un sitio como este donde ya tenemos doce ejemplares, la población es elevada y son normales este tipo de cuestiones». 

Cuanos menos riesgos, mejor

Verona apunta que existe la posibilidad de trasladar algún ejemplar pero es algo que resulta difícil materializar. «Siempre estamos evaluando la posibilidad de trasladar algún ejemplar a otro sitio y hemos hablado con diferentes organismos pero es complicado, Tampoco se pueden soltar, no hay instalaciones similares a El Hosquillo donde se puedan llevar…Seguimos en contacto pero, de momento, es complicado».

Por otro lado, el veterinario de El Hosquillo se muestra partidario de reducir al máximo los riesgos ante procesos como determinar el sexo de los cachorros para ‘bautizarlos’. «No me gusta sedarlos sin necesidad porque toda sedación lleva su riesgos, sobre todo en especies salvajes. Prefiero esperar un poco, por lo menos un año o año y medio, para poder dormirlos y asegurarnos que son machos o hembras. Lo importante son ellos y no quiero arriesgarme por poner la anestesia para saber si es macho o hombra y ponerles nombre».