Un experto del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC) ha declarado que le extrañaría que un piloto español haya estado involucrado en el robo del helicóptero en Buenache de la Sierra. Así lo ha comunicado en declaraciones a Voces de Cuenca el vicedecano del COPAC, Carlos San José, que ha incidido en la especial dificultad del robo de la aeronave modelo Bell 412 de la base de Prado de los Esquiladores.
El vicedecano indica que “para poder pilotar una nave de este tipo es necesario tener una serie de conocimientos muy complejos, así como obtener una licencia específica”. En este punto, recalca como ejemplo que él es “piloto de líneas aéreas de transporte de pasajeros, comandante de Iberia para ser exactos, y no sé poner en marcha un helicóptero”.
Según ha señalado, en la actualidad hay unos 6.500 pilotos colegiados en España, de los que el 75% son de avión y el 25% restante de helicópteros. “De ese 25% hay muy pocos que tengan una formación específica para este tipo de tarea con el Bell 412, alrededor de unos cien en toda España. Me cuesta de verdad creer que un piloto ejerciente esté involucrado en este asunto. Son pilotos muy cualificados que se dedican a prestar servicio a la sociedad”.
Un códico deontológico «muy estricto»
San José subraya que “el Colegio de Pilotos tiene un código ético y deontológico muy estricto que garantiza que la aplicación de nuestros conocimientos se ofrece a la sociedad y a los ciudadanos para una gestión eficiente y segura en operaciones de cualquier tipo, como incendios, salvamento marítimo o rescate de accidentados en carreteras, y son todos servicios a la sociedad. Además, es obligatorio estar colegiado para poder ejercer la profesión”.
Es por eso que incide en que le cuesta creer “que quienes vuelan estas aeronaves de forma legal en España hayan estado involucrados en el robo”. Según apunta, “para pilotar una aeronave hay que obtener una licencia, y es lo que te permite legalmente pilotar una aeronave y si cometes cualquier delito te la quitan y dejas de trabajar. Dependiendo del tipo de licencia, puede costar obtenerla desde un año hasta cuatro años y desde 50.000 o 60.000 euros como mínimo”.
Con posterioridad a esta licencia, habría que hacer un curso especial para poder a pilotar esta aeronave en concreto, que da normalmente el fabricante o la empresa explotadora con las particularidades de esa aeronave, y luego hay unas prácticas en las que un instructor enseña los pormenores, más tarde ser copiloto y ya poder empezar a volar. “Es como si a un alumno recién salido de la Facultad de Medicina le piden que haga una operación a corazón abierto”, sentencia a modo de ejemplo el vicedecano.
“Además como el robo se produjo en medio de la noche, habría dificultado todavía más el robo del helicóptero”, apunta San José, que considera que “esto no lo ha hecho una persona sola, porque hay que acceder al recinto, repostar el helicóptero, que hay que saber y tener los medios, desconectar la bolsa antiincendios y el sistema de seguimiento del vehículo. No es algo fácil el robo que han hecho: requiere conocimiento, varias personas y preparación”.
Otros casos terminan en accidente
El vicedecano ha remarcado “la rareza” de este tipo de noticias. “Se ha producido alguna vez algún secuestro para sacar a alguien de la cárcel, amenazando al propio piloto del helicóptero. Hace un tiempo apareció accidentada una aeronave que había sido sustraída y que había estado involucrada en tráfico de drogas. Apareció siniestrada porque si no se tienen la experiencia y la formación necesaria termina en accidente”.
“Lo más triste es que es un helicóptero menos para apagar incendios y servir a la sociedad. Hace poco un compañero nuestro falleció apagando un incendio. A parte del drama personal, cuando uno de nosotros cae, somos uno menos para salvar a la gente”, ha añadido.
Ahora “habrá que ver cómo está el aparato, si se puede poner en servicio otra vez. Las aeronaves están en un entorno controlado, y en cuanto las sacas de ese entorno luego llevan unos cuantos meses de puesta a punto. Porque cualquier pieza que se haya llevado un golpe puede generar un accidente, y el helicóptero hay que revisarlo de arriba abajo para ver cómo está”.
Características del vehículo robado
El helicóptero Bell 412 tiene una capacidad para quince personas, es decir, piloto, copiloto y trece brigadistas. El peso del vehículo es de 3.207 kilogramos, y puede llevar una carga interna de 2.190 kilos o 2.041 kilogramos en el gancho de carga. En este se puede incorporar el sistema apagaincendios conocido como ‘Bambi Bucket’, que la bolsa que permite recoger, transportar y soltar agua. Alcanza una velocidad de crucero máxima de 230 kilómetros por hora, tiene una resistencia de casi cuatro horas y un alcance de unos 672 kilómetros.
El precio de catálogo de este vehículo robado y posteriormente recuperado es de unos nueve millones de dólares, es decir alrededor de 7,66 millones de euros con el cambio que hay a fecha de este 10 de agosto. Una cuantía que, según apunta San José, puede subir o bajar mucho en función del equipo e instrumentación que lleve. En cuanto al mantenimiento, señala que los gastos “son elevadísimos, todos los días se le hace una revisión y se le cambian piezas por tiempo o ciclos, además de lo que se descubra que está mal. Además, necesita una mano de obra muy especializada”. En este punto, destaca que “un helicóptero es una nave muy compleja, tecnológicamente muy específica y es caro de comprar, de operar y de mantener”.
En cuanto a si el aparato llevaba llaves o no en el momento en el que fue robado, señala que “los aviones y los helicópteros de cierto porte y entidad la llave que tienen es para abrir la puerta. Las aeronaves no son coches y no admiten comparación en ningún sentido, ni en complejidad ni en para qué se usan. Por supuesto no llevan llave, ni carburador”.