«Delito de asesinato contra una persona especialmente vulnerable». Es el resumen de la acusación formal que el Ministerio Fiscal ha presentado contra Beatriu F.C. por la muerte del que fuera su marido, Isaac Guillén. El cadáver de este expolicía local natural de Cardenete -que despareció en Valencia en diciembre del año pasado- fue hallado el 16 de junio enterrado en la localidad de Catarroja con signos de violencia y junto a la silla de ruedas que usaba para desplazarse, ya que padecía la enfermedad ataxia cerebelosa, que los convertía en una persona dependiente.
Desde entonces su viuda está en prisión provisional tras ser detenida por el grupo de Homicidios de la Policía Nacional. Su hijo, un joven de 17 años, está interno en un centro de menores ya que confesó que había participado en el crimen obligado por su madre.
Ahora la Fiscalía ha presentado su escrito formal de acusación, según ha publicado el periódico valenciano Levante-EMV, que imputa a la viuda un «delito de asesinato perfectamente premeditado y cometido contra una persona especialmente vulnerable por su discapacidad» con agravante por parentesco.
Señala el texto que la acusada -tras meses de preparativos para perpetrar el crimen y encubrirlo simulando una fuga voluntaria- drogó a su marido y trato de asfixiarlo con una bombona de gas butano tras dejarlo encerrado y sin conocimiento en un coche. Al comprobar que no fallecía lo estranguló con unos cordones y lo arrojó en la fosa que tenía preparada, arrojándole piedras y otros elementos.
La defensa de la acusada, de 40 años, mantiene que su clienta actuó por indicaciones de su propio marido, quien quería que le ayudara a morir.