El campanario de la iglesia de Cardenete recupera su matraca, restaurada por un taller local

A partir de la Semana Santa de 2025, exactamente del 18 de abril, se podrá escuchar cada  Viernes Santo para anunciar la celebración litúrgica y acompañar la salida y entrada de la procesión del Santo Entierro. 

El pasado lunes se colocó en el campanario de la iglesia parroquial Nuestra  Señora de la Asunción de Cardenete su matraca recientemente restaurada y rehabilitada.  Esta se ha ubicado en un espacio diferente al original con el fin de facilitar su uso, ya que antes estaba dispuesta en una viga elevada. 

La matraca, que se considera un instrumento de percusión, está formada por tablas fijas  en forma de aspa, entre las que cuelgan mazos de madera, los cuales, al girar ella, producen un ruido grande y desapacible. Se usa en algunos conventos para convocar a  maitines, y en Semana Santa en lugar de campanas, cuando estas permanecen en silencio,  exactamente en la celebración del Viernes Santo.  

La matraca de la iglesia de Cardenete ha sido restaurada por el taller de ebanistería y carpintería Tórtola de la localidad, en una actuación contado con la colaboración del Ayuntamiento y de la  Parroquia además con el patrocinio de la Diputación Provincial de Cuenca, que la ha considerado bien intangible similar a las campanas. 

A partir de la Semana Santa de 2025, exactamente del 18 de abril, se podrá escuchar cada  Viernes Santo para anunciar la celebración litúrgica y acompañar la salida y entrada de la procesión del Santo Entierro. 

Para dar a conocer los trabajos de restauración a los interesados, el 29 de diciembre se celebró una mañana de puertas abiertas en el propio taller de carpintería. De  ese modo, antes de que fuera subido al campanario, los vecinos y visitantes pudieron  conocer de cerca, e incluso voltear, este curioso instrumento, cuyo original se remonta  probablemente a finales del siglo XVII o principios del XVIII, y sobre el que ninguna de las  personas de más edad de Cardenete guardan un recuerdo, por lo que ha sido para todos,  jóvenes y mayores, una grata sorpresa su restauración.