Preocupación en los 19 pueblos afectados por las macrogranjas tras el vencimiento de la moratoria

Los vecinos temen el impacto ambiental, social y empresarial de los proyectos porcinos en sus municipios

El 1 de enero venció la moratoria que impedía construir o ampliar macrogranjas porcinas en Castilla-La Mancha. Este aplazamiento afectaba a 25 proyectos en la provincia repartidos por 19 municipios: Almonacid del Marquesado, Barchín del Hoyo, Campillos-Paravientos, Carboneras de Guadazaón, Cardenete, Cervera del Llano, Fuentes, Gabaldón, Gascueña, Huete, La Pesquera, Los Hinojosos, Mariana, Montalbanejo, Pajarón, Portalrubio de Guadamejud, Priego, Villaconejos de Trabaque y Villas de La Ventosa.

Vencida dicha prórroga y desde que comenzara el 2025, la Junta de Comunidades ha notificado a los promotores de los proyectos si deseaban reactivar la tramitación. La renovación del mencionado trámite, entre nuevas macrogranjas y ampliaciones, podría suponer un incremento del 63% en las cabezas porcinas sobre la cifra actual, lo que se traduce en 116.088 cerdos más solo en la provincia de Cuenca según las cifras del censo porcino del Ministerio de Agricultura correspondiente a noviembre de 2024.

Consultando el buscador de expedientes de impacto ambiental de la Junta, se observa que casi la mitad de las cabezas porcinas de los proyectos pausados a nivel regional pertenecen a grandes empresas de la industria cárnica, tales como Cefusa-El Pozo, Incarlopsa, Tello y JISAP. Sobre la cifra en toda Castilla-La Mancha, que ascendería a 362.863 cerdos más en la región si los proyectos se reactivaran, un 19% más respecto a la cifra actual, las citadas compañías tendrían un total de 163.852 cabezas porcinas más.

Castilla-La Mancha ya es la región española con una mayor proporción de su suelo declarado como zona vulnerable a nitratos, con un 47% de la superficie de la región tipificado con esta categoría. La cartografía de la región con esta tipología implica que el agua que se vierte desde estos terrenos afecta o puede afectar a pozos, acuíferos u otras fuentes de agua. Según datos del SINAC-Ministerio de sanidad, en la provincia de Cuenca, 32 pueblos han superado en algún momento el nivel permitidos de nitratos en su agua de grifo desde 2016. Por su parte, la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha sostiene que la ganadería industrial tiene todavía mucho margen de crecimiento en nuestra región, por lo que no se plantea limitación a su crecimiento. Esta Consejería situaba Cataluña y Aragón, las mayores regiones por censo porcino, como ejemplo.

Las citadas afirmaciones emitidas por la Consejería de Desarrollo Sostenible han sido calificadas por los colectivos vecinales integrados en Stop Ganadería Industrial C-LM como “extremadamente preocupantes, ya que la Consejería con las competencias medioambientales defiende que Castilla-La Mancha aumente su censo porcino, y lo más grave es que tomen Cataluña como modelo a seguir, donde el 45% de los municipios están declarados como vulnerables a la contaminación por nitratos de origen agrícola”. 

La asociación Pueblos Vivos, que reúne a más de 20 movimientos vecinales de la provincia desde su creación en 2017, denuncia sobre la moratoria que “ha sido un espejismo que, en lugar de servir para frenar el crecimiento va a conseguir acelerarlo con una tasa superior a los años previos a esta”. La asociación manifiesta además su preocupación ante “el riesgo que supone que estos proyectos de macrogranjas retomen su tramitación administrativa y finalmente se construyan.”

Del mismo modo y, sobre los responsables que hay detrás de los proyectos paralizados desde Pueblos Vivos insisten que “están promovidos directamente por las grandes empresas cárnicas”, que, subrayan “no tienen ningún tipo de arraigo en los pueblos en los que se instalan”. Ese desarraigo se manifiesta, en “la amenaza que estas empresas suponen para la calidad de vida de los pueblos con malos olores, posible más de salud pública, contaminación de agua y suelos con exceso de nitratos” según la asociación.

En lo referente al mercado al que se destina la carne que se produce, Pueblos Vivos apunta que “la mayor parte de la carne se dedica a exportación al extranjero”, por lo que refieren que no es necesaria para abastecer el mercado español, que en 2023 exportó más del 55% de su producción de carne de cerdo según datos del Ministerio de Agricultura.