Los 55.000 conquenses que residen en la Comunidad Valenciana no podrán volver a su tierra natal en Navidades

El presidente valenciano, Ximo Puig, ha anunciado el endurecimiento del cierre perimetral prohibiendo las salidas del territorio para visitar a familiares y allegados.

Los más de 55.552 nacidos en la provincia de Cuenca que tienen fijada su residencia habitual en la Comunidad Valenciana no podrán regresar a su tierra de origen para visitar a sus familiares y allegados durante las fiestas navidades. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha anunciado que este jueves que se refuerza el cierre perimetral de la autonomía, que seguirá vigente al menos hasta el 15 de enero, y no permitirá salir ningún día para reencontrarse con los parientes y los amigos. Únicamente podrán entrar al territorio autonómico quienes vuelvan a sus residencias.

Por tanto, tampoco podrán cruzar los límites autonómicos con este fin los 4.768 nacidos en Alicante, Castellón o Valencia que, según refleja el Instituto Nacional de Estadística (INE), tienen su domicilio habitual en alguna localidad conquense.

La primera semana de este mes el Gobierno valenciano había anunciado que permitiría los desplazamientos de este cariz fuera de la comunidad en fechas sueltas (23, 24, 25 y 31 de diciembre y 1 de enero), pero finalmente ha decidido endurecer todavía más hacia un cierre total, cuyas únicas excepciones son las ya contempladas en el real decreto del estado de alarma: viajes por motivos profesionales, cuidado de familiares, citas médicas y similares. Todas, eso sí, debidamente acreditadas. Los estudiantes cuyo domicilio habitual y oficial esté en en algún municipio conquense sí que podrán volver en estos días.

Puig -que preside un gobierno tripartito conformado por el PSOE-PSPV, Compromís y Podemos- atiende así a lo acordado en la víspera por el Consejo Interterritorial de Salud: abrir la puerta a medidas y criterios más restrictivos en la regulación de las fechas navideñas. El aumento de contagios de COVID-19 y empeoramiento de otros índices han motivado la decisión.

Además del cierre que afecta a la diáspora conquense, limita a seis el máximo de personas que pueden juntarse para las cenas y comidas de los días grandes de las fiestas, un límite que en Castilla-La Mancha está fijado en diez para 24, 25, 31 y 1, salvo reversión.

Además, adelanta a las once de la noche el inicio del toque de queda desde el próximo 21 de diciembre con dos únicas salvedades, las de Nochebuena y Nochevieja, cuando se fijará a las 0:00 horas.

Fuentes de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha no descartan el endurecimiento de las medidas ya decretadas para la comunidad si la evolución de los datos epidemiológicos así lo requiere. La eficacia del anunciado levantamiento parcial del cierre en Castilla-La Mancha del 23 de diciembre al 6 de enero queda condicionado a las medidas de las comunidades de origen y destino.