El número estimado de muertes en la provincia conquense creció un 35,6% en las 21 primeras semanas de 2020 en comparación con las que hubo en el mismo periodo el año pasado. Así consta en los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística este miércoles, recibidos desde los registros civiles combinados con información histórica desde el año 2000 de la estadística de defunciones, con el objetivo de estimar las defunciones ocurridas durante el brote de COVID-19.
Según la información del Instituto Nacional de Estadística, en las primeras 21 semanas del año han muerto en Cuenca 1.409 personas, un 35,6% más que los 1.039 decesos contabilizados en los datos provisionales del año 2019. En cuanto a los datos en la fotografía de la semana 21 en años anteriores, cifras ya consolidadas, reflejan un número de muertes similar a los datos del año pasado: 1.061 en 2018, 1.145 en 2017 y 971 en 2016.
El 35,6% en el aumento de muertes que hay de diferencia entre las 21 primeras semanas entre 2019 y 2020 supone un crecimiento absoluto de 370 personas fallecidas. El INE destaca que «dado que estos datos reflejan la mortalidad sin distinguir causas, no se puede medir de forma exacta el impacto de la pandemia COVID-19, pero sí se observa un considerable aumento en el número de defunciones en España».
Según los datos oficiales aportados por la Consejería de Sanidad han muerto por COVID-19 en la provinica un total de 313 personas, 57 muertes menos que las estimadas por el INE en sus últimos datos.
En el gráfico se observa que el año 2020 comenzó con las cifras más bajas de muertes en el último lustro. En la duodécima semana de este año habían 554 personas, lejos del dato más alto, registrado en 2017, cuando en las primeras 12 semanas se contabilizaron en total 726 decesos. En apenas dos semanas el número de fallecimientos en la provincia creció exponencialmente hasta 940, colocándose con mucha diferencia como el año más negro.
Respecto a los datos estimados a nivel regional durante las 21 primeras semanas del año, hasta el 24 de mayo, crecieron un 58% respecto a 2019. Según las cifras publicadas por el INE, en lo que va de este 2020 han fallecido 13.571 personas en la región mientras que en el mismo periodo del año pasado murieron 8.591 personas. La diferencia en muertes sería por tanto de 4.980 personas.
Estas estimaciones dejarían a Castilla-La Mancha como segunda comunidad autónoma, tan sólo por detrás de la Comunidad de Madrid, con mayor incremento de España. A nivel nacional la subida estimada en el dato de defunciones en las 21 primeras semanas es del 24,1%, 43.945 muertes más.
Por tanto, se observa una gran diferencia respecto a los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, que cifra en 27.127 los fallecimientos a nivel nacional; mientras que la Consejería de Sanidad de la Junta de Comunidades cifra en 2.985 el número de fallecidos en Castilla-La Mancha.