Todo apunta a que el cadáver aparecido en el barranco de un camino entre El Picazo y la población vecina de Rubielos que dista 5 kilómetros podría corresponder al de Natalio, el hombre de 43 años de edad desaparecido el pasado 23 diciembre. Sin embargo, el cuerpo se encuentra en avanzado estado de descomposición y todavía está sin identificar. El caso se encuentra bajo secreto de sumario.
El alcalde de El Picazo, José Miguel Collado, ha relatado a este periódico cómo «dos hombres encapuchados lo raptaron a la fuerza a plena luz del día», delante de los puestos del mercadillo que ese día había en el pueblo, y «lo metieron con violencia en una furgoneta», mientras se encontraba con su expareja en un bar. «A ver quién se atrevía a seguirles», ha expresado, pues los vecinos que lo presenciaron han contado al alcalde que «le iban pegando» y «fue todo tan rápido que ni siquiera dio tiempo a asustarse».
En enero fue cuando la familia puso la denuncia de su desaparición. Collado ha explicado que, aunque Natalio es de Tarazona, venía al pueblo porque su expareja vive de alquiler en El Picazo, ya que su actual pareja trabaja en una fábrica del pueblo, y tienen un hijo en común. «Este pueblo es tranquilo y nunca hemos tenido ningún problema», ha lamentado. Además, ha contado que tiene «buena relación» con la Guardia Civil que ha estado interrogando a los testigos que vieron el rapto y le ha ido informando de todo. «Me llamaron a las 2:30 de la madrugada para comunicarme el hallazgo del cadáver», ha confesado, y me dijeron que «posiblemente era este hombre».