Visitas y gratitud toman el relevo a los bocadillos gratis en La Terraza de Santa María del Campo Rus

El bar La Terraza ha ofrecido 'bocatas, refrescos,...a los profesionales del transporte de forma gratuita durante la crisis sanitaria. Ahora reabre sus puertas al público y afronta la nueva normalidad tras protagonizar una forma de actuar excepcional

Pilar Rubio y MIguel Ángel Mellado en "La Terraza"

El bar La Terraza de santa María del Campo Rus volvió el día 15 de junio a la nueva normalidad después de haber protagonizado algo verdaderamente excepcional durante el confinamiento. Como tantos otros establecimiento comerciales estuvieron cerrados al público por el coronavirus. Sin embargo, desde el inicio del confinamiento repartieron bocadillos de manera altruista a los camioneros que lo solicitaban por teléfono. Miguel Ángel Mellado, copropietario junto a Pili Rubio, lo tenía claro: «Alguna vez nos han preguntado ¿Y esto cuánto cuesta? Poder ayudar es la mejor recompensa»

Ahora parece que el ‘karma’ les devuelve parte del altruismo ofrecido a personas que lo necesitaban cuando los bares y estaciones de servicio estaban ‘clausurados’ por la pandemia. Miguel Ángel Mellado afirma que «los chavales que pasan regularmente con paquetería, que son los que más han estado trabajando, nos lo han agradecido mucho, nos han llamado y han parado para darnos las gracias. En general, también, la gente del pueblo nos ha agradecido lo que hemos hecho pero era nuestra obligación».

El gerente de La Terraza asegura que «también viene gente que no paró en su momento pero nos agradece lo que hicimos por sus compañeros». Señala que la idea surgió cuando escucharon las dificultades que tenían los profesionales del transporte para poder abastecerse en ruta. «Y nos pusimos manos a la obra. Llevamos 33 años abiertos y, durante este tiempo, hemos tratado con muchos camioneros. Creemos que se lo merecen».

Durante cerca de tres meses calcula que habrán ofrecido «ciento y pico bocadillos, refrescos, cafés,… No todo eran bocadillos porque lo pedía a quien le pillaba la hora de comida. Otros preferían un café para seguir la ruta. Nosotros lo hemos hecho muy a gusto y es algo que nos ha valido mucho, sobre todo, para estar contentos con nosotros mismos».

Tras un reinicio renqueante parece que la actividad va incrementándose con el paso de los días. «Nosotros abrimos al público el 15 de junio. Ha habido muchos contagios y fallecidos en el pueblo, así que estábamos tranquilos. Este fin de semana ha habido mucha gente a ver a la familia y ver las casas, porque hay mucha gente de aquí que vive en Valencia y Madrid, y ha sido más movido. Volviendo a a la normalidad».