El presidente de la Diputación de Cuenca, Álvaro Martínez Chana, ha destacado la fuerza de la celebración de los Moros y Cristianos en honor al Santo Niño que suponen una seña de identidad de Valverde de Júcar. Ha querido felicitar a los generales encargados de la batalla de los dichos de este año, a Roberto Collado por parte de la compañía de los moros, y a Rubén Jesús Picazo de la compañía de los cristianos, por la «fuerza y el entusiasmo» que han puesto en su representación.
Declarada de Interés Turístico Regional en 1986, la celebración es especial cuando se conmemoran los 700 años desde la concesión del título de villa al pueblo de Valverde de Júcar y pone aún más en valor la importancia de mantener las tradiciones de los pueblos. En el caso de Valverde, no sólo han logrado mantenerla sino que progresivamente han ido implicando a los jóvenes para garantizar que las futuras generaciones puedan disfrutar de esta emblemática fiesta. Martínez Chana la ha calificado como uno de los «atractivos turísticos» de la provincia, pues cada año son centenares las personas que se acercan para disfrutar de la espectacularidad de las batallas con los tradicionales trabucos.
Por su parte, la delegada provincial de la Junta, Marian López, ha asegurado que el Gobierno regional colaborará con el Ayuntamiento de Valverde de Júcar en la conmemoración del 700 aniversario. Ha afirmado que «recordar y celebrar el pasado es también apostar por el futuro, pues acontecimientos tan espectaculares como este se convierten en un atractivo turístico que genera actividad económica, además de fortalecer los lazos comunitarios». También ha confirmado que el alcalde y su equipo están preparando un programa de actividades «muy interesante» en torno a esta efeméride, para que sea una ocasión especial de la que puedan disfrutar todos los conquenses y visitantes.
Este miércoles 8 de enero es el día grande pues tiene lugar la procesión, con tres encuentros en los que se recitan los llamados dichos, la batalla dialéctica que enfrenta a las dos compañías: la de cristianos y la de moros. El primero tiene lugar en la Plaza de la Verdura, donde vencen los moros y arrebatan la imagen del Santo Niño a los cristianos. El segundo tiene como escenario la calle San Marcos y acaba con la derrota los moros. En el tercer encuentro en la Plaza Mayor se escenifica el arrepentimiento del general moro y el abrazo de perdón. Después de la misa, el general cristiano da la arenga y se realiza el correr de banderas y el atronador estruendo de las salvas que pone fin a la celebración.