Rada de Haro, siete menores extranjeros en un pueblo de 40: «El centro nos ha devuelto vida»

El centro de acogida de menores 'Las Torcas' tiene una capacidad de acogida de 10 menores, en el que actualmente hay siete chicos.

En la actualidad, en Castilla-La Mancha se encuentran bajo la protección y la tutela de la administración un total de 84 menores extranjeros no acompañados, fruto de los convenios acordados con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en estos últimos años, de un total de 554 menores no acompañados que protege y tutela la administración en los hogares y recursos de menores con los que cuenta la Comunidad Autónoma. Son datos que hace unos días daba la consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano, tras el acuerdo del Gobierno regional de colaboración para la protección y acogida de esos menores.

Un asunto que a nivel nacional ha traído mucha polémica en ciertas regiones, tanto que Vox rompió los acuerdos de gobierno en aquellas que gobernaba con el PP si ratificaban el traslado de esos menores desde las Islas Canarias a el resto de la península. Sin embargo, un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, de tan solo 40 habitantes censados, están «encantados» de que estas personas vengan a su centro de acogida en Rada de Haro.

«Nosotros estamos muy contentos con ellos. Desde que llegaron aquí no hemos tenido problemas con ninguno», admite el alcalde del pueblo, Francisco Arjona. Este centro abría sus puertas en 2019 después de que la Conserjería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha reconvirtiese una casa rural en la casa que es ahora. «Llegan con 16 años y a los 18 se tienen que ir, pero aquí estamos muy bien con ellos», dice Arjona, que dice que al ser un pueblo muy pequeño «no tienen donde trabajar, pero unos 30 chicos que han salido de aquí han encontrado trabajo por la comarca». El alcalde cuenta incluso que «la semana pasada, dos de ellos estuvieron haciendo un curso de fontanería en Cuenca, y ya conozco a uno de Belmonte que los quería contratar».

El centro de acogida de menores ‘Las Torcas’ de Rada de Haro tiene una capacidad de acogida de 10 menores, en el que actualmente hay siete chicos. Sus perfiles son mayoritariamente «del norte de África, de Marruecos y de Argelia, aunque ahora también tenemos a uno de Gambia», señala Antonio Fernández, el coordinador del centro que depende de la Fundación Diagrama a través de la Consejería de Bienestar Social. Afirma que ellos vienen «a regularizar su situación en cuanto a documentación y para buscar trabajo con el fin de afincarse en España».

Aunque Rada de Haro sea un pueblo pequeño con poca población dentro de la España Vaciada, Fernández admite que «nos da la posibilidad de ofrecerles un proyecto de inserción laboral, es decir, que ellos se formen aquí y salgan trabajando y con dinero, que es el perfil que mayormente nos mandan. Hasta ahora, casi todos, y me arriesgo a decir todos, han salido con trabajo y con dinero».

Estos chicos no realizan muchas actividades culturales «porque somos pocos y es muy pequeño, pero se ofrecen a barrer las calles y te ayudan», dice el alcalde, que afirma que desde que el centro de menores está en la localidad, «ha dado algo más de vida al pueblo entre ellos y los trabajadores, porque también se mueven por aquí e incluso algunos viven aquí». Uno de ellos, el coordinador del centro, que cuenta que el pueblo «lo han dotado de recursos, pues con piscina y polideportivo, realmente porque los chicos están aquí y nosotros contribuimos también a darle vida».

Chicos cuyo objetivo es acceder al mundo laboral

Fernández dice que tienen perfiles muy variados. «Hay chicos que vienen en edad escolar que necesitan ser escolarizados, y otros que son algo más mayores que no tienen edad de instituto y no pueden ser matriculados, y a ellos les ofrecemos certificados de profesionalidad que les puedan dar una salida profesional», señala el coordinador. Dentro del centro realizan diferentes programas dependiendo del perfil de cada uno y las actividades según la época del año, además de «buscar recursos externos para conseguir, por ejemplo, que los chicos que ya tienen su documentación regulada puedan trabajar», añade.

Actualmente, de los siete jóvenes que hay en el centro, cinco están trabajando. Los trabajadores del centro se adaptan también a sus horarios «y cuando podemos, hacemos una formación de castellano y competencias claves, todo enfocado a que puedan acceder al mundo laboral con la mayor facilidad posible», dice Fernández, que admiten que tienen una capacidad «inmensa» para aprender el idioma, aunque también van a la escuela de adultos y a castellano para inmigrantes en otras localidades.

El rango de edad con el que estos menores vienen al centro de acogida de Rada de Haro es de 16 a 18 años, que vienen principalmente a buscar un trabajo. «Dentro de poco vendrá alguno más. En principio nos dijeron a iban a venir algunos del traslado de las Canarias a las demás regiones, pero yo creo que por el debate político que hay se ha paralizado. Iban a llegar a primeros de agosto y nos han dicho que nos avisarán más tarde», concluye el coordinador.