La petición de una médica rural a la Junta: medidas más restrictivas también en los pequeños pueblos conquenses

Agustina Moraleda, del Centro de Salud de Honrubia, advierte del aumento de la incidencia e insiste en la necesidad de controlar reuniones y eventos, ya que la mayoría de los contagios proceden de brotes sociofamiliares

«La Junta de Comunidad debería valorar la aplicación de restricciones especiales -como las ya implantadas en Toledo o en Alcázar de San Juan, entre otros núcleos- en pequeños pueblos conquenses en los que, aunque no hay un gran número de casos de coronavirus, sí que son importantes en proporción a su número de habitantes». Quien lanza esta propuesta es Agustina Moraleda, médica de familia en el Centro de Salud de Honrubia. La plantea, aclara, estrictamente a título personal y desde su experiencia profesional de estos meses, que coincide con la que le trasladan otros compañeros destinados a otras zonas básicas de salud. 

Advierte de la necesidad de que la administración autonómica -que es la que posee las competencias- establezca mecanismos para limitar todavía más los eventos y reuniones sociofamiliares, que son causa y origen de un importante porcentaje de los contagios. «Es muy difícil contener a la población si no se dan normas claras y concisas. Apelamos cada día a la responsabilidad individual, pero en muchos casos es causa perdida (comuniones de 40-60 personas, cumpleaños de 25, organización de macrofiestas, etc…). ¡Necesitamos ayuda!», clama.

Criterios y medidas

El director general de Salud Pública, Juan Camacho, ha explicado en varias comparecencias públicas que para aplicar estas restricciones extraordinarias en una localidad o territorio se tienen en consideración básicamente tres factores: la incidencia que tiene la infección de COVID (de la que se infiere que la transmisión puede ser importante), el número de casos asociados al municipio y su evolución desde las anteriores semanas. Este martes, cuando se anunciaron medidas especiales para la ciudad de Guadalajara, la Consejería de Sanidad explicó que la capital alcarreña superaba con creces los umbrales de 100 positivos por cada 100.000 habitantes y 10 casos semanales, que son dos de los índices que se valoran.

Estas limitaciones, que de momento hasta este viernes no se habían aplicado en ningún municipio conquense, suponen allí donde se establecen que celebraciones como bodas, bautizos y comuniones tengan un aforo máximo de 25 asistentes. Los mercadillos al aire libre quedan suspendidos y los centros comerciales no pueden superar el 50% de su aforo, límite idéntico para el interior de bares y restaurantes o de iglesias. Las visitas y salidas en las residencias de mayores quedan prohibidas salvo caso de fuerza mayor y se suspende cautelarmente la actividad en centros de día, entre otras restricciones.

Aumento de la incidencia desde finales de agosto

«En un pueblo de 1.500 habitantes tener 12 casos es una incidencia bastante alta. Aunque el volumen total no sea significativo en comparación con otros sitios, desde luego que son datos a tener en cuenta», ilustra Moraleda durante una conversación telefónica con este periódico, en la que advierte de la preocupante tendencia de las áreas rurales de la provincia. 

En la zona básica de salud de Honrubia (que comprende 7 municipios y una población de unos 2.700 habitantes) han pasado de no diagnosticar infecciones «desde prácticamente finales de junio» a notar un aumento significativo en el último tramo de agosto y el primero de septiembre. «Es lo que se está viendo en toda España aunque aquí llevamos algo de retraso. Se empezó a principios de agosto en Aragón, a mediados en Madrid y, a finales, en Toledo. Y ahora lo estamos viendo en Cuenca, por lo menos en los pueblos. Es un aumento de incidencia que va con unos quince días de retraso, pero que se está viviendo ya», relata. Un análisis que concreta en cifras: en su zona básica de salud se han registrado 26 casos en el menos de un mes en tres semanas, «un 1% de la población», destaca. 

Es cierto que la gravedad de los infectados dista mucho de la observada al inicio de la pandemia. Ahora la mayoría de los contagiados son asintomáticos o presentan cuadros leves -«de los 26 casos han ingresado solamente 2»- y su media de edad se sitúa en unos 40 años, por lo que la evolución suele ser positiva. Un factor al que también contribuye que los diagnósticos sean más precoces. «Eso está funcionando. Cuando se detecta un episodio, se localizan y aísla a los contactos y se les practica PCR, lo que facilita el control», asevera.

Brotes familiares y sociales

La mayoría de estos positivos corresponden a brotes familiares y sociales, por lo que Moraleda insiste en la necesidad de controlar más estos encuentros o los asociados a las denominadas «No-Fiestas», las celebraciones alternativas y/o clandestinas que se desarrollan durante las fechas tradicionales de los festejos suspendidos extraordinariamente este año. 

«La gente sabe lo que hay que hacer pero no todo el mundo lo cumple», razona, por lo que insiste en poder contar con herramientas normativas similares a las que ya existen en otros puntos de la región. Esta facultativa considera que entre los criterios para decidir su aplicación o no debería estar presente siempre la peculiar condición demográfica de la provincia conquense, con núcleos poco poblados, baja densidad y un número de habitantes total inferior al resto de territorios castellano-manchegos. «Es muy probable que siempre estemos los últimos en numero total de casos, pero eso no quita que sean muchos para localidades tan pequeñas».

Salud pública

Moraleda indica que «los ayuntamientos hacen lo que pueden, pero sus competencias son limitadas» y remarca que, aunque son los médicos asistenciales los que están asumiendo el contacto con las instituciones municipales para lograr un mayor control, «esas labores deberían realizarlas desde Salud Pública» de la administración autonómica. En ello tiene mucho que ver la latencia con la que se difunden los datos, que muchas veces quedan obsoletos por la realidad. «Nosotros sí estamos a pie de calle y percibimos en tiempo real la situación, por lo que vamos por delante. Por ejemplo nosotros la semana pasada nos reunimos con las autoridades locales para pedir más determinación a raíz del panorama que percibimos en la consulta».

Datos y límites más estrictos para atajar una situación «que empieza a desbordarse». Advierte que «hasta ahora nos hemos venido manejando bien» pero que la Atención Primaria comienza a estar colapsada en Madrid, Toledo, Ciudad Real «y en Cuenca capital también». Si ese dique no es capaz de contener, «en dos o tres semanas vamos a empezar a tener problemas en el Hospital y con casos más graves». Para no caer en el dèja vu de marzo y abril, Moraleda llama a las autoridades a «tomar medidas a tiempo, también las de limitación social».