La parroquia de Valverde de Júcar recupera una imagen románica de Santa Ana desaparecida en la Guerra Civil

Fue escondida en un falso techo de su vivienda por Joaquín Torrijos en 1936, pocos días después del comienzo de la Guerra Civil. Ahora la familia la ha rescatado tras unas obras y la ha devuelto a la iglesia

La parroquia de Valverde de Júcar ha recuperado una imagen de Santa Ana desaparecida durante la Guerra Civil y que su párroco, Juan Pablo Moreno, atribuye al arte románico, aproximadamente entre los siglos XII y XIII. La imagen está expuesta en la sacristía de la iglesia de Santa María Magdalena y puede ser observada por cualquier visitante.

Tal y como ha explicado el párroco en declaraciones a Voces de Cuenca, fue el pasado 16 de julio cuando tuvo conocimiento de la existencia de la talla, cuando una familia del pueblo comunicó su intención de devolverla. Según esta relató a Moreno, “un familiar suyo, Joaquín Torrijos, iba caminando en los primeros días de la Guerra Civil cuando pasó por las puertas de la iglesia, que estaban abiertas de par en par”.

“Entre los restos vio una imagen de Santa Ana, que como era antigua, le faltaba un brazo con el niño Jesús y estaba sin policromar, los milicianos no le dieron mucha importancia y no la quemaron. Fue entonces cuando Torrijos la recogió, y la escondió en un falso techo que tenía en su casa en Valverde de Júcar. Así quedó oculta entre el cañizo y las vigas de madera del techo”, narra el párroco.

¿Cómo se ha mantenido tanto tiempo oculta en el tejado? Porque para acceder a ella había que hacer obras. Si bien Joaquín Torrijos había contado a sus descendientes que ahí había escondido una imagen para evitar la quema en la Guerra Civil, “estos desconocían que se tratara de una talla de gran valor”. “En la actualidad y gracias una reforma realizada por la nieta de Joaquín, Julia Torrijos, se ha recuperado esta imagen que es una maravilla”.

Así y 84 años después, la familia devolvió la escultura a la iglesia. Fue el mismo día 16 de julio cuando la llevaron a la iglesia, y diez días después fue bendecida y expuesta al público. “Al estar tan deteriorada y con mucha carcoma en su parte inferior no se sostenía de pie, porque es muy alta, alrededor de 80 centímetros. Un carpintero tuvo que hacer una base para que no se cayera”, ha señalado el párroco.

Sobre la talla, indica Moreno, “se desconoce su autoría porque los libros con el inventario de la iglesia fueron quemados durante la Guerra Civil”. El párroco no duda en enmarcar su origen en el periodo románico, y afirma que “por lo menos tiene ocho siglos de historia. Se ve que se trata de una talla auténtica, no de las copias que se hicieron con posterioridad. Estuvo policromada con un color ocre rojizo y hay partes, las del vestido de la Virgen, en las que se diferencia que se hicieron con tela de saco”. El párroco de la localidad ha destacado que la imagen “queda expuesta en la sacristía de la iglesia para que cualquier persona pueda verla” y ha celebrado que “es una maravilla de imagen y ha sido un gran hallazgo, es una donación preciosa que quedará para toda la vida”.