La muerte en el municipio conquense de Villagordo del Marquesado, el pasado mes de febrero, de un águila imperial ibérica y su localización inmediata, gracias al emisor GPS que llevaba, han facilitado las investigaciones sobre el terreno. De hecho, ha permitido descubrir con rapidez los cadáveres de otros dos ejemplares envenenados de esta misma especie, además de, al menos, un milano real, todas aves rapaces catalogadas “en peligro de extinción”. Las organizaciones Ecologistas en Acción, GREFA y WWF España adelantan que se van a personar como acusación, cuando el asunto sea trasladado al Juzgado correspondiente para su enjuiciamiento.
El ejemplar que sirvió de auténtico “centinela del veneno” había sido marcado con un emisor por la entidad conservacionista GREFA, en coordinación con la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla-La Mancha. Las tecnologías de seguimiento con emisores han avanzado enormemente en los últimos años, permitiendo detectar los movimientos del ave en tiempo real, así como conocer de inmediato incidencias como las ocurridas en este caso.
En las investigaciones sobre el terreno intervinieron Agentes de medio ambiente y el SEPRONA de la Guardia Civil, así como unidades caninas especializadas en la detección de venenos, tanto de la Junta de Castilla-La Mancha como de la Guardia Civil.
Las ONG Ecologistas en Acción, GREFA y WWF subrayan que Cuenca es actualmente una de las cuatro provincias españolas con más posibilidades de crecimiento en la recuperación de la población nidificante de águila imperial ibérica, junto con Zamora, Palencia y Burgos. Sin embargo, episodios de envenenamiento como el ocurrido en Villalgordo del Marquesado ponen en serio peligro la recuperación de esta especie, cuya tendencia ascendente comenzó en 2018 en el territorio provincial conquense.
Las ONG, especialmente preocupadas por el repunte del uso del veneno en Castilla-La Mancha, esperan que la administración se persone también en el caso, como lo han hecho en alguna otra ocasión en este tipo de delitos.