La provincia de Cuenca perderá durante los próximos tres lustros una población similar a la que tiene actualmente Tarancón, su segundo municipio con más habitantes. Las proyecciones demográficas difundidas entre martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) pronostican que en 2035 el número total de residentes en territorio conquense se situará en 184.900, lo que supone una pérdida de 14.927.
El ritmo de pérdida demográfica anual se situará en 995 habitantes cada 12 meses. Es como si el año que viene se marcharan todos los empadronados en San Lorenzo de La Parrilla, al siguiente los de Mira, luego los de Valverde de Júcar, Villalpardo… así hasta alcanzar casi ‘un’ Tarancón.
El INE proyecta que, si continúan las tendencias demográficas actuales, en 2034 nacerán cada año en la provincia de Cuenca 1.251 bebés frente a los 1.379 que se calculan para el conjunto de 2020. Son 128 menos. La edad media de las madres, eso sí, se reduciría levemente: de los 31,92 años actuales a los 31,28.
Un descenso que no compensaría la inmigración extranjera a pesar del aumento previsto: pasaría de una tasa bruta de 3,4 por cada 1.000 habitantes (2020) a 8,0 (2034). También aumentaría la emigración a otros países, pero con unas ratios menos relevantes: de 1,76 a 3,85, siempre por cada millar de habitantes.
Tampoco lograría revertir la tendencia el pequeño descenso de la emigración a otras provincias (de 18,06 migrantes por 1.000 habitantes a 17,92) ni el aumento de la inmigración nacional (de 14,42 o 15,9).
La clave en la continuación de la bajada poblacional estaría por tanto en las muertes, muy superiores a los nacimientos en todas las etapas pronosticadas, siempre por encima de los dos millares anuales. 2.589 para 2020 y 2.187 en 2034.