Todavía no ha llegado oficialmente el verano, y, sin embargo, varios han sido los incendios que han azotado a la provincia en distintos puntos. La sequía se prolonga desde mayo y la gran ola de calor que se ha vivido a mediados de mes han alineado los elementos para que el riesgo de incendio se haya disparado hasta la categoría de extremo.
Ante esta situación, Joaquín Cuadrado, delegado provincial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Cuenca, ha querido defender la labor y efectividad del Plan INFOCAM y ha puesto el foco en el agradecimiento a los agricultores que no dudan en echar una mano cuando se detecta alguna llama: «No hay que decir que estos incendios son debidos a los agricultores. Los agricultores han tenido en cuenta las recomendaciones que se les ha dicho para no cosechar en horas claves, a pesar de que tienen que cosechar porque sino pueden perder la producción», ha defendido.
En ese sentido, Cuadrado ha puesto en valor los efectivos y la rapidez con la que se está actuando de cara a los contados e incendios, y como muchos agricultores son claves para poner medidas en contra de la propagación: «Cuando es un incendio de rastrojo, o de cereal o pastos, enseguida se juntan 10-15 tractores en municipio. Y ahí, empiezan a trabajar para echar una mano en la extinción».
Sobre una previsión del verano que afrontará la provincia en concepto de incendios, el delegado provincial de agricultura tiene claro que se trata de un periodo estival «de riesgo», poniendo como ejemplo las llamas que han recorrido todo el país durante la última semana.
A pesar de estos primeros castigos por las llamas, Cuadrado afirma que es «muy difícil avanzar que va a ocurrir», ya que todo está sujeto a las condiciones atmosféricas que se puedan dar en los próximos meses. Ante esta situación se espera y desea que caigan unas lluvias que ayuden a cultivos como el girasol, y que además frene la situación con los incendios, ya que todo aquel material con posibilidad de arder se encuentra muy seco a día de hoy.