La situación de los ganaderos avícolas de la provincia es insostenible. Es la conclusión que se saca al hablar con este sector que está sufriendo de manera especial la subida de la inflación y de los precios de coste.
660 ganaderos se reunían para hacer llegar al Ministerio de Agricultura un escrito en el que se denunciaba la crítica situación que la Avicultura de carne en España, la pérdida de dinero que supone para muchos mantener la actividad, y como el sector más afectado por esta crisis es el de los jóvenes que emprendieron en una instalación que ahora no pueden mantener.
Uno de estos ganaderos es Sergio, de 41 años, originario de Buenache de Alarcón y propietario de una explotación en Hontecillas. Lleva desde los 7 trabajando en este mundo y afirma que está viviviendo «con el agua al cuello, no sabemos hasta cuando podremos aguantar». Este buenachero, resignado, explica que quienes aguantan lo hacen por «amor propio», pero que llevan meses en pérdidas. «Tiene narices que uno no se pueda ganar la vida en esto», se lamenta.
A los problemas que se suponen de la subida de los precios de coste, este sector tiene que enfrentarse a la imposibilidad de renegociar los contratos con las integradoras, los intermediarios entre el ganadero y las grandes superficies. «Si quieres trabajar firmas el contrato que te ofrecen, y si no tienen a otro en la puerta esperando. Estamos más solos que la una», explica Sergio.
Esta situación está provocando que muchos propietarios de explotaciones estén acumulando una deuda mayor mes a mes, lo que está llevando a muchos a vender sus negocios, o directamente a «entregar las llaves de sus granjas al banco al no poder soportar la deuda». En ese sentido, Sergio cuenta el caso de dos hermanos riojanos que han tenido la posibilidad de vender sus explotaciones y no se lo han pensado.
Llegados a este punto, se pregunta a estos ganaderos si existe la posibilidad de realizar algún tipo de movilización, paro o huelga. La respuesta es una mezcla entre ironía y resignación, «no va a hacer falta, se van a cerrar antes granja por necesidad, el sector está arruinado, muchos compañeros se van a quedar por el camino».
No habrá desabastecimiento de carne de pollo, pero podría haber problemas
Mucho se ha hablado también desde los medios de comunicación de la posibilidad de un desabastecimiento de carne de pollo a lo largo de este 2022. Ante estas informaciones, los ganaderos avícolas afirman que es una situación que difícilmente se dé: «Todo el sector sabemos que no va a ser así, las integradoras no pueden incumplir sus contratos con las grandes superficies. Cuando estas vean que no hay más solución, entonces subirán los contratos. Están apretando y tensando la cuerda hasta que puedan», explica convencido Sergio ante la necesidad de las grandes superficies del pollo fresco de España y que no puede venir de ningún otro país.
Sin embargo, esta situación de tensar la cuerda provocará el cierre de muchas explotaciones. Ahí es donde pueden venir los problemas generados por la falta de oferta ante la demanda habitual. «Cómo se deje caer a las explotaciones, entonces si va a haber problemas. Porque eso vale mucho dinero y quien se desvincula de una explotación luego ya no quiere saber nada. No hemos aprendido de sectores como el ganadero, donde se ha arruinado a los pastores. No pedimos hacernos ricos, pedimos vivir dignamente», reivindica este buenachero.
Ayudas y medidas que no llegan a cubrir gastos
A pesar de los esfuerzos y de las vías que las Administraciones han ofrecido a estos ganaderos, este sector admite sentirse «solo» y que estas ayudas son «insuficientes». Sergio pone el ejemplo de como una de las líneas de acción que se ha puesto en marcha solo le cubre las pérdidas que tuvo en enero: «Me hace gracia cuando se les llena la boca con la España vaciada, si no nos podemos ganar la vida en el medio rural nos tendremos que ir a las grandes ciudades».
También lamentan la falta de apoyo del Gobierno regional, el mismo que en años anteriores declaraba en Castilla-La Mancha la ganadería avícola como sector estratégico: «Se ha invertido en la mejora de las instalaciones y ahora vemos que estamos arruinados, y nadie nos ha preguntado qué necesitamos. Estamos solos, nos estamos quitando de salir por ahí con la familia, de irnos de vacaciones, todo por sobrevivir, pero llega un momento que esto es insostenible».
Ante este futuro negro, muchos ganaderos como Sergio continuarán levantándose cada mañana y trabajarán a pesar de las pérdidas, «por amor propio y por amor a su trabajo», sin embargo, pocas son las esperanzas que albergan, ya que a corto plazo «no le ven solución a la situación». Sin embargo, estos trabajadores seguirán sin bajar los brazos: «Yo no quiero subvenciones, yo quiero ganarme la vida con mi trabajo, producir un alimento para que la gente coma».