«Después de la tormenta viene la calma», reza el refrán castellano y es lo que sucederá, progresivamente y con matices, a partir de este jueves en la provincia de Cuenca si se cumplen las previsiones. Para esta jornada, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) mantiene avisos por lluvias y episodios tormentosos en las comarcas de la Serranía y La Alcarria. Pero el color o grado de estos avisos no es naranja, como pasaba ayer, sino amarillo, un umbral que supone quitarle al sustantivo «riesgo» el adjetivo añadido de «importante».
Cuando la AEMET colorea de amarillo un territorio es porque en él se esperan tormentas generalizadas con posibilidad de desarrollo de estructuras organizadas. También lluvias localmente fuertes y/o vientos localmente fuertes y/o granizo inferior a 2 cm. Dado el carácter de estos fenómenos existe la posibilidad de que se puedan producir tormentas de intensidad superior, pero de forma puntual.
Tanto en tierras serranas como alcarreñas hay previsión de precipitaciones de hasta 15 litros por metro cuadrado y tormentas «ocasionalmente acompañadas de granizo».
En La Mancha conquense, que en la cartografía de la AEMET abarca también La Manchuela, no hay avisos vigentes, lo que a priori vaticina tregua y alivio para las zonas más afectadas por las granizadas, trombas de agua y ventiscas del primero de septiembre.
Los avisos, vigentes desde las ocho de la mañana, expirarán a las 21:59 horas. La DANA (depresión aislada en niveles altos) irá remitiendo escalonadamente y para este viernes ya no hay avisos previstos, aunque esa es solo la foto fija al mediodía de hoy ya que la inestabilidad puede cambiar esta situación y que en las próximas horas finalmente sea necesario activar alguno.