Esperanza, corazón y hogar en el Albergue Provincial de Animales de la Diputación de Cuenca

El albergue provincial de animales, gracias a sus campañas de concienciación, consigue cada vez un número mayor de salidas, siendo maltrato de animales un fenómeno residual

No existe un compañero más leal y sincero que aquel que tiene cuatro patas y es capaz de hablar con la mirada sin pronunciar una sola palabra. El Albergue Provincial de Animales de la Diputación está repleto de perros en busca de que la vida les conceda una segunda oportunidad para ser felices, para encontrar una familia y sentirse queridos de una vez por todas. El 2024 fue un año para celebrar, un año en el que la concienciación ganó a la crueldad y entraron 139 animales, pero el número de salidas alcanzó los 153, 144 adoptados y nueve en acogida. La campaña de navidad en diciembre del 2024 fue muy positivo con 66 perros en el albergue y ocho en acogida.

Este 2025 muestra una tendencia muy positiva en la que cada vez son menos los animales que quedan en el albergue. Enero se saldó con 88 entradas y 11 salidas, con un saldo de 65 animales en el refugio. En febrero se equipara la cifra de entradas y salidas con 10 llegadas y 10 adopciones a las que se unen 3 perros en acogida, lo que dejó un balance de 60 animales en el albergue. El mes de marzo ha concluido con seis animales recogidos, cifra que se contrarresta con cuatro perros adoptados y otros dos en acogida, dejando una cifra para este mes de abril de 60 animales en el refugio.

Los animales que se encuentran en el refugio son, en su mayoría, perros mayores de razas grandes. Estos animales, según indica el diputado del Albergue Provincial, José Luis Gómez, «resulta muy difícil que salgan adoptados», refiriendo que los animales con más posibilidades son «los animales pequeños», que suelen llamar la atención cuando hay visitas «y fácilmente encuentran un lugar donde volver a estar», comenta.

Mientras los perros están en el Albergue Provincial de Animales resulta esencial la labor de trabajadores y voluntarios. Actualmente cerca de una decena de personas son voluntarios que prestan su tiempo desinteresadamente «yendo muchas tardes a colaborar allí, a sacar a los animales y realizar todas las labores que sean necesarias», comenta Gómez. El diputado ha señalado la coordinación que se trabaja en Diputación sobre las diferentes competencias de trabajadores y voluntarios «intentamos que los voluntarios no sean más de dos personas y que se vayan intercalando para no interferir en el trabajo diario de los trabajadores que se ocupan del albergue» aunque comenta que «los voluntarios son personas muy concienciadas que saben cómo no dificultar la labor de los trabajadores». El diputado ha querido agradecer a la empresa adjudicataria del albergue, Geacam, la «encomiable» labor que están llevando a cabo «y que se evidencia en las cifras que estamos teniendo en el albergue», señala Gómez. También ha querido destacar la labor que realizan trabajadores y voluntarios, estos últimos «absolutamente desinteresado».

El inicio de año marca una época especialmente complicada en la caza, algo que asegura el diputado «hemos notado especialmente en años anteriores». En el albergue actualmente un 40% de los animales que hay son de caza, abandonados tras el fin de la temporada porque los dueños no los consideran útiles o no les han prestado el servicio que consideraban. Un 30% de los animales que de compañía y otro 30% que son perros procedentes del pastoreo y de fincas.

Los abandonos ya no se encuentran tan directamente relacionados con el maltrato, pues según señala el diputado, «aunque aún siguen entrando animales maltratados con mucho miedo, que han pasado muchas cosas, podemos afirmar que se trata de algo ya residual». Los animales que llegan maltratados necesitan una serie de cuidados especiales. El diputado señala que los primeros días lo mantienen aislado de otros animales y los voluntarios y trabajadores empiezan a trabajar con ellos. Son ellos los que valoran si ese animal se puede intentar recuperar.

El proceso una vez se detecta un animal abandonado lo inician los ayuntamientos, que comunican al albergue de animales a través de un correo electrónico en [email protected] el caso e inmediatamente el personal del albergue se pone en contacto con el ayuntamiento. Siempre son los ayuntamientos quienes tienen que iniciar el trámite, nunca se puede poner en contacto un particular. Una vez llega a las instalaciones de Diputación se comprueba si tiene chip para tratar de localizar al dueño, sin embargo el chip es algo que no se encuentra «en el 90% de los casos» según Gómez. Entonces se esteriliza, se le ponen todas sus respectivas vacunas, su chip y se le pone su nombre, a la espera de encontrar una familia.

Si alguien está interesado en adoptar, «lo primero es que es una decisión que la persona tiene que tener muy claro», asegura el diputado, «nosotros no damos animales para caza, pastoreo o fincas, siempre son animales de compañía porque sabemos que el animal va a estar bien cuidado y bien tratado». Una vez la persona interesada se ha puesto en contacto con el albergue se concierta con ellos una visita en la que se les enseñan los diferentes animales que hay, su raza y situación y se les asesora. Los adoptantes tienen que hacer como mínimo dos visitas con el animal que quieren adoptar en las que estén con él y salgan. pasear con él por los alrededores del albergue. Cuando comienza el trámite propiamente dicho firman una preselección de adopción, que es compromiso como que el animal va a estar bien cuidado y de les va a hacer un seguimiento. El animal se entrega a los adoptantes con las vacunas al día y esterilizado de manera completamente gratuita, siendo la Diputación quien asume estos gastos.

José Luis recuerda con especial cariño el impacto que tuvo la campaña de navidad, en la que el órgano provincial trató de concienciar para que quienes quisieran un animal se acercaran a darle una oportunidad a uno del refugio en lugar de comprar. «Venían padres con niños que querían adoptar algún perro y lo tenían muy claro, sabían lo que encaja con su modo de vida y estaban muy concienciados con la situación de los animales».

En busca de una familia