J.J.D. / Vocesdecuenca.es
Hace casi un año, el 1 de junio de 2019, entró en vigor el Motu Proprio “Vos estis lux mundi” en el que el Papa Francisco pide que se apliquen a nivel universal medidas para prevenir y denunciar los delitos de carácter sexual cometidos por parte de clérigos o personas consagradas de Iglesia Católica.
Entre estas medidas se encuentra la creación en cada Diócesis de una Oficina encargada de la recepción de informes relacionados con dichos delitos. Algo que ya ha hecho la de Cuenca con un decreto que firmó el obispo, José María Yanguas, con fecha 19 de marzo.
La Diócesis ha habilitado recientemente además tanto un teléfono (626 318 382) como una dirección de correo electrónico ([email protected]) de esta flamante oficina cuya sede se encuentra en las dependencias del Obispado en el Palacio Episcopal (calle Obispo Valero, 1).
En su decreto, el obispo señala que este órgano se encarga de recibir los informes sobre los delitos contra a los que se refiere la ya mencionada carta apostólica y que son los siguientes: obligar a alguien con violencia, amenaza o mediante abuso de autoridad a realizar o sufrir actos sexuales; realizar actos sexuales con un menor o con un persona vulnerable; y también «producir, exhibir, poseer o distribuir, incluso por vía telemática, material pornográfico infantil, así como recluir o inducir a un menor o a una persona vulnerable a participar en exhibiciones pornográficas».
La Oficina también abordará las conductas de encubrimiento. Lo que el Derecho canónico llama «acciones u omisiones dirigidas a interferir o eludir investigaciones civiles o investigaciones canónicas, administrativas o penales, contra un clérigo o un religioso» con respecto a estos delitos.
Más allá de esa labor investigadora, esta Oficina ha nacido también con una vocación de prevención de estos abusos.
En cada caso, señala el decreto del obispo, tratará del modo de actuar con la persona denunciada «y estudiará las medidas de acogida, acompañamiento y ayuda a las eventuales víctimas».
Recuerda Yanguas que el Papa Francisco subraya que los abusos sexuales «representan una gravísima ofensa a Dios, causan serios y profundos daños a las víctimas, perjudican a la entera comunidad cristiana y obscurecen la luz de la que todo cristiano debe ser portador».
Y también que el pontífice remarcó la necesidad de «acciones concretas y eficaces que involucren a todos en la Iglesia, de modo que la santidad personal y el compromiso moral contribuyan a promover la plena credibilidad del anuncio evangélico».