Cruz Roja atiende en la provincia de Cuenca a 90 menores en riesgo de exclusión social en su programa de apoyo escolar a colectivos vulnerables. Una tarea que no sólo implica la enseñanza académica sino también vital, sobre todo para los adolescentes.
El programa ya tiene una amplia experiencia que se remonta casi veinte años. «En Tarancón y en Cuenca, si no recuerdo mal, llevamos desde 2012, y en Minglanilla y Iniesta llevamos desde 2018. No tienen un eprfil definido. Son menores en riesgo de exclusión porque las familias tienen un grado alto de vulnerabilidad. No te sabría decir si hay más chicos o más chicas. Sí que se ha notado que entre los adolescentes no les afecta tanto el ir mal con los deberes o el nivel académico, sino el problema de habilidades sociales. No saber relacionarse con el grupo, sentirse excluido, el tema del bullying…Hay una gran cantidad de personas migrantes pero trabajamos también con mucha población española».
La coordinadora provincial considera esta iniciativa «un apoyo, un complemento a la porque, por ejemplo, teníamos una nena Melanie, de ocho años, que tenía el problema que no sabía leer y a raíz de empezar a venir al apoyo, la nena ha aprendido a leer, le encantan los libros, es una crack en lengua…Y no es porque en el cole no se estuviera trabajando con ella. Nosotros, al venir a un grupo más reducido, con siete personas, pues puedes trabajar con ella individualmente. Para nosotros el éxito es que un o una dolescente haya sido capaz de comunicarse con sus compañeros de clase. O que sea capaz de estar en el aula y hablar con el resto de compañeros. A lo mejor, eso no se ve como un éxito educativo pero para nosotros es un éxito porque es un menor que ha pasado de no hablar y de estar aislado, por así decirlo, a conseguir comunicarse, porque probablemente las notas las llevará ya bien».
Actualmente están desarrollando el proyecto en Cuenca, Iniesta, Minglanilla y Tarancón y quierens ponerlo en marcha en Motilla del Palancar. Es un proyecto de apoyo socioeducativo con menores que están en riesgo de exclusión social con una parte de apoyo educativo a la que se añaden actividades de integración con habilidades sociales.
Habilidades sociales
Ana Belén López Miota, coordinadora provincial de Cruz Roja Juventud, señala que con los más mayores «intentamos aportar actividades que ellos mismos soliciten y trabajamos mucho el tema de los derechos humanos, el tema del bullying y el ciberacoso, la violencia de género, adaptado claro cada uno a las edades, pero trabajamos de manera transversal diferentes temáticas fuera del apoyo. Las sesiones son una hora y media, aproximadamente, de apoyo educativo y unos 45 minutos de trabajo a través del juego de las diferentes temáticas. Aparte les aportamos una merienda que la toman durante las dos horas del proyecto o se la llevan a casa. Suelen ser dos horas cada dos días, ds días a la semana aunque depende de la zona geográfica».
López Miota reconoce que «sí que notamos que sigue habiendo necesidad. Sobre todo después del COVID, sí que lo hemos notado, sobre todo en lo que viene a ser el plano económico de los padres. Pero siempre hemos tenido mucha demanda de niños que necesitaban el apoyo educativo en todas las zonas. Nunca hemos tenido un valor bajo.Quizás son momentos puntuales, en verano o invierno, pero están unos 20 menores por zonas».