Entre enero y mayo de este año murieron 480 personas en las residencias socio-sanitarias (geriátricos y similares) de la provincia de Cuenca. La cifra, recogida los informes del Instituto Nacional de Estadística (INE), supone doblar -o, más exactamente, multiplicar por 2,26- el número de fallecimientos registrados en estos centros en el mismo período de 2019, cuando se registraron 212.
El impacto del coronavirus se observa con más claridad si se compara ese casi medio millar de muertes con el promedio de 196,75 decesos en los cuatro años anteriores (2016-2019) en esos mismos cinco meses.
El incremento porcentual respecto a la media de los últimos años se dispara al 144%, que, según un análisis elaborado por eldiario.es, es el séptimo más alto entre las provincias españolas, únicamente superado por Madrid, Ciudad Real, Albacete, Segovia, Soria y Guadalajara. Como sucede con la seroprevalencia o con las tasas de mortalidad en relación con las brutas de mortalidad, la llamada Castilla central conforma la zona más afectada del país, especialmente en la primera ola.
Domicilio y hospital
Por muy poco, las residencias no se convirtieron en esa primera ola en el lugar donde más conquenses fallecieron. Fueron los domicilios particulares que pasaron de 328 a 487 decesos en ese período de un año para otro, con una subida del 48,7%.
Las muertes hospitalarias fueron 411 (+98), un aumento del 31,30%. También se registraron 21 defunciones en otro lugar (+6 respecto a 2019) y aumentan de 30 a 34 los «no consta».