Cuenca, Teruel y Soria son las tres únicas provincias españolas que cuentan con menos habitantes actualmente que en el censo de Floridablanca, un documento elaborado en 1787, que es uno de los primeros de su naturaleza realizados siguiendo técnicas estadísticas modernas.
Un análisis publicado por el periódico El Debate destaca que la población total española ha aumentado desde entonces de poco más de diez a 47 millones de personas. Sin embargo, en ese mismo periodo la cantidad de habitantes del territorio conquense se ha reducido de 206.218 a 195.516. Un retroceso que únicamente tiene parangón en las demarcaciones turolense (de 191.118 a 134.545) y soriana (115.092 vs 88.747). En el resto de provincias de España ha habido aumento en términos absolutos.
A finales del siglo XVIII el 1,98% de la población española residía dentro de los límites actuales de la provincia Cuenca. A estas alturas del siglo XXI lo hacen únicamente un 0,41%. En el conjunto del país se ha pasado de una sociedad de mayor homogeneidad en la densidad demográfica a un escenario con mayores disparidades. Y el reparto territorial ha experimentado profundos cambios. A grandes rasgos, Galicia, Castilla-La Mancha y Castilla y León han cedido peso respecto a Cataluña, Madrid, la Comunidad Valenciana, Baleares, País Vasco y algunas zonas de Andalucía. Salvo Madrid y Álava, todos los territorios de interior han perdido peso poblacional relativo.
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