Cruz Roja destina parte de sus esfuerzos a mitigar la pobreza energética mediante un programa enfocado en fomentar el ahorro y el consumo eficiente de energía en familias en situación de especial vulnerabilidad.
A través de este programa, las familias pueden realizar mejoras en sus viviendas, como la sustitución de ventanas y elementos de fachadas, la renovación de electrodomésticos o aparatos eléctricos poco eficientes, y acometer rehabilitaciones cuando sea necesario. Además, reciben asesoramiento y capacitación sobre consumo eficiente, aprendiendo a reducir el gasto energético en el hogar, interpretar la factura de la luz y solicitar el bono social.
En el marco de esta iniciativa, en 2024 Cruz Roja formó y asesoró en el uso eficiente de la energía doméstica a 304 personas en situación de extrema vulnerabilidad en la provincia de Cuenca. Asimismo, entregó 50 kits de micro eficiencia energética, sustituyó 19 electrodomésticos en mal estado en 15 hogares y realizó reformas energéticas en siete viviendas. El total de personas formadas representa el 32% de las 1.052 personas en situación de extrema vulnerabilidad atendidas en toda provincia.
Por localidades, en la comarca de Tarancón se entregaron 19 kits de micro eficiencia, se sustituyeron tres electrodomésticos por otros de bajo consumo y 15 personas recibieron formación en consumo eficiente. En Iniesta se llevó a cabo la reforma estructural de una vivienda, mientras que en Minglanilla se entregó un kit de micro eficiencia. El resto de las actuaciones se realizaron en la localidad de Cuenca.
Este año, el equipo técnico ha empleado la herramienta ENERSOC, proporcionada por la empresa BP, para determinar la tarifa más adecuada en cada caso. Según Mónica Riera, responsable provincial de Extrema Vulnerabilidad de Cruz Roja, «esta herramienta permite identificar si una persona es elegible para el bono social y, en función de su situación familiar, recomienda la tarifa más conveniente».
Además, Riera destaca la importancia de un buen aislamiento para lograr un ahorro energético. «Parte de nuestro trabajo se enfoca en informar y proporcionar a las familias burletes para puertas y ventanas, así como en llevar a cabo reformas energéticas o sustituir ventanas cuando la vivienda lo necesita para mejorar el aislamiento de los hogares», señala.
Actualmente, la pobreza energética sigue afectando a muchas familias, especialmente aquellas en situación de vulnerabilidad, según informa la organización. Los informes de la propia organización humanitaria determinan que solo un 27% de las personas atendidas pueden mantener una temperatura adecuada en su vivienda durante todo el año. En contraste, un 44% no logra alcanzar una temperatura óptima ni en invierno ni en verano, y un 72% tiene dificultades en algún momento del año.
Los datos, según Cruz Roja, también revelan que el 42% de las viviendas presentan problemas de humedad, un 22% de las familias atendidas carecen de sistema de calefacción (frente al 10% en el conjunto de la población nacional) y el 75% de los hogares no cuentan con iluminación LED.
En cuanto al uso de electrodomésticos, cerca del 38% de las familias utilizan frigoríficos en mal estado, lo que conlleva un sobreconsumo energético. Además, el pago de las facturas de electricidad representa un 12% de los ingresos mensuales de estos hogares. Este programa cuenta con la colaboración de empresas como BP y Fundación Naturgy.