Apolinar Cócera obtiene la certificación de las primeras viviendas Passivhaus en la provincia de Cuenca

La primera de ellas ya ha obtenido la certificación oficial y otras cuatro la recibirán de manera inminente, una de ellas en Motilla del Palancar.

La empresa constructora Apolinar Cócera S.L. se ha convertido en la primera empresa de la provincia de Cuenca en certificar una vivienda con el sello Passivhaus, que exige unos estándares de construcción muy por encima del Código Técnico de Edificación (CTE) vigente en estos momentos en nuestro país. Estas viviendas cuentan con las mejores condiciones de aislamiento y estanqueidad, lo que implica un mayor confort, tanto en los meses más fríos del año como en los más cálidos, y evitan pérdidas tanto de calor como de frío, lo que conlleva un consumo energético mínimo. Las viviendas cuentan con un sistema de ventilación individual que genera un ambiente siempre limpio, con una extraordinaria calidad del aire. Este sistema permite ventilar la casa sin necesidad de abrir las ventanas mediante una ventilación mecánica eficiente con recuperación de calor, lo que añade la ventaja de que prácticamente no entran polvo ni pelusas a las edificaciones.

Apolinar Cócera S.L. no sólo es la primera empresa constructora de nuestra provincia con viviendas certificadas por el Instituto Alemán Passivhaus, sino que también es la única. Ya ha finalizado varias viviendas unifamiliares Passivhaus que esperan de manera inminente la certificación y en breve comenzará la construcción del primer edificio plurifamiliar con estos estándares en la ciudad de Cuenca y Castilla-La Mancha, la promoción Odón de Buen, ubicada en la calle Tintes.

En una jornada de puertas abiertas que tuvo lugar en días pasados, los asistentes pudieron observar de primera mano y de forma empírica las ventajas de este tipo de viviendas, ya que visitaron dos, situadas en la urbanización cercana al campo de golf de Villar de Olalla, que ya están habitadas desde hace más de un año. En palabras de Florián Martín, propietario de una de ellas, el consumo de electricidad, única fuente energética de la que se nutre su casa (que tiene una superficie útil en torno a 100 m2), no ha superado los 200 euros en un año, lo que demostró enseñando las facturas de consumo eléctrico del periodo mencionado. La otra vivienda, de un tamaño que doblaba la anterior, tuvo un consumo de electricidad anual alrededor de 400 euros, lo que da una idea del ahorro energético que suponen estas edificaciones.

Tras la visita a estas dos viviendas, se celebró una mesa redonda en las instalaciones de las oficinas de Apolinar Cócera con la participación de varios ponentes que aportaron información y aclararon dudas sobre esta novedosa técnica de construcción, que promete un futuro mucho más sostenible energéticamente y con unos costes de consumo energético muy inferiores a los de las viviendas normales.

David Cócera, gerente de la empresa, subrayó que el motivo de esta jornada era dar a conocer que ya se están certificando las primeras viviendas Passivhaus en la provincia de Cuenca, lo que es todo un hito en el sector de la construcción conquense. También desveló que desde hace muchos años ha tenido la inquietud de buscar los estándares de construcción que aseguren la mejor eficiencia energética posible y que está convencido que el futuro de la construcción de viviendas pasa por los estándares Passivhaus.

Jesús Menéndez, certificador del Instituto Alemán Passivhaus, ha comentado que este sistema nació en Alemania en 1995 y que se ha ido adaptando a los distintos climas donde se construyen las viviendas, pero que en lo sustancial no ha cambiado desde hace casi treinta años. Ha señalado igualmente que hay tres tipos de certificaciones: Classic, Plus y Premium y que en la actualidad hay 350 proyectos certificados en España, incluyendo viviendas unifamiliares y plurifamiliares, guarderías, comercios, colegios, hoteles, etc…

Jesús Alfaro, arquitecto de estas viviendas, ha resaltado la importancia de contar con la certificación para evitar que al comprador le vendan unos estándares de construcción que en realidad no se cumplen. Ha incidido en que los estándares exigidos por el Instituto Alemán Passivhaus están muy por encima de lo que exige el CTE actual y también que el periodo de amortización del sobrecoste que supone construir una vivienda de este tipo se acorta cada día más debido al alto precio de la energía, algo que en la adquisición de un bien del que se disfruta muchas décadas debe ser algo decisivo a la hora de tomar la decisión de compra.

Finalmente, Herminio Palencia, arquitecto técnico e ingeniero, jefe de obra de estas viviendas, ha relatado que la construcción de viviendas Passivhaus supuso en reto muy importante para la empresa Apolinar Cócera, que hubo momentos complicados en el proceso, pero que la tenacidad y el empeño de David hicieron que finalmente se pudieran finalizar con éxito estos proyectos.