La Asociación de Municipios Ribereños asistirá mañana miércoles a una nueva reunión de la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura «a sabiendas de que es un mero trámite para solicitar desde Levante al Ministerio los 20 hm3 a los que pueden optar como máximo». Confían en esta entidad en que el Ministerio «sí atienda a razones y decida no trasvasar nada a tenor de que en allí hay prácticamente el doble de agua disponible para riego de la que se almacena en Entrepeñas y Buendía».
«En la Región de Murcia no falta agua: cuentan con 800 hm3 en balsas de riego sobre las que se niegan a dar cuenta, 450 hm3 de las desaladoras que pagamos entre todos los ciudadanos de la Unión Europea, casi 160 hm3 almacenados en el sistema del Trasvase y 43 hm3 pendientes de envío, además de la propia de la cuenca. No hace falta enviar más agua”, sentencia María de los Ángeles Sierra, presidenta de la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía.
No obstante, la Comisión volverá a ser una pantomima en la que se hará oídos sordos a las propuestas del técnico de la Asociación y se propondrá un trasvase de 20hm3, sin que nadie salvo los ribereños, que no tienen voto, se atrevan a cuestionar los deseos del SCRATS.
Será nuevamente responsabilidad del Ministerio reducir esa cifra y lo más coherente, para los Ribereños, sería reducirlo a cero. “No necesitan agua, ni siquiera para beber”.
Los Ribereños temen un megatrasvase cuando terminen las obras de La Bujeda, que vuelva a desperdiciar las escasas crecidas que pueda haber propiciado la borrasca Filomena. “Los embalses deberían ser nuestro colchón para regular los episodios extremos que viviremos con el Cambio Climático: grandes lluvias torrenciales y también graves periodos de sequía para los que no podemos seguir desperdiciando el patrimonio de todos los españoles en beneficio de las grandes empresas de la agroindustria”.
Para los Ribereños, la mejor manera de frenar la desertificación y combatir el calentamiento global es cuidando de nuestros ríos, recuperando el Tajo y los bosques; frenando la explotación industrial que asola nuestros campos, roturando todo en busca del beneficio económico privado sin tener en cuenta los intereses generales de la población.