Los ribereños denuncian la aprobación de un trasvase de 27 Hm3 «sin un criterio técnico ni científico que lo aconseje»

La Asociación denuncia que "el trasvase se lleva dos terceras partes del agua que entra en Entrepeñas y Buendía"

La Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía ha lamentado la aprobación de un nuevo trasvase «automático» de 27 Hm3 hacia Levante.

Según señalan en nota de prensa, se trata de «un trámite burocrático absurdo, con el que reducen una realidad compleja a un solo dato por voluntad política, sin mayor criterio científico o técnico que lo aconseje: si hay, se manda. Insostenible, con 143 hm3 de agua en el Segura del Sistema Trasvase, más 81 pendientes de trasvasar».

“La misma película del mes pasado, da igual que llueva en la Región de Murcia, que no llueva, que tengan agua o no tengan, que los comisarios europeos hayan salido aterrados del Mar Menor o que nos vuelvan a arruinar el verano; el Trasvase está escrito en piedra y aquí sólo nos solidarizamos los pobres”, denuncia amargamente la presidenta de la Asociación de Municipios Ribereños, María de los Ángeles Sierra, y alcaldesa de la localidad conquense de Cañaveruelas.

En total, 81 hm3 para trasvasar almacenados en los embalses de cabecera del Tajo, «prestos a salir cuando más daño hagan». Las entradas desde el Tajo y el Guadiela están descendiendo, “estamos en el veinte por ciento de los peores años según la media”, explica el técnico de la Asociación, Miguel Ángel Sánchez. “Este año han entrado 212 hm3, hasta el 1 de marzo, y 138 hm3 se van por el trasvase: las dos terceras partes”.

Sánchez volvió a incidir en la preocupación de la Asociación por el desequilibrio entre Entrepeñas y Buendía, que no termina de corregirse a pesar de las repetidas promesas. Entrepeñas, de uso más turístico, está al 32 por ciento, con 260 hm3 y bajará más; Buendía con un 25 por ciento, tiene 420 hm3 y debería tirarse más de él si no se quisiera perjudicar expresamente el aprovechamiento turístico de los ribereños.

“Es imposible que se recuperen nuestros embalses, con unas reglas insostenibles que nos condenan a un verano crítico”, lamenta el vicepresidente Borja Castro, que se pregunta “¿por qué hay que sostener artificialmente una industria privada allí, a costa de arruinar sistemáticamente a nuestros vecinos aquí?”.