Enfado y alarma por el vandalismo en la Ruta de las Caras de Buendía

Las esculturas han aparecido rayadas con firmas y, además, hay quejas por los restos de basura que dejan muchos visitantes

Enfado desde Buendía y su comarca por el vandalismo que padece la Ruta de las Caras que, según señalan algunos vecinos «es tónica habitual» en uno de los atractivos turísticos con más poder de convocartoria de toda la provincia. Desde la Oficina de Turismo de Sacedón se alertaba tras el Domingo de Ramos de las firmas grabadas sobre las esculturas de un grupo de personas, dañándolas y alternando su aspecto.

«Hola Carla!, ¡Hola Ariel!, ¡Hola Elsa!, ¡Hola Izan! Ayer domingo visitamos la Ruta de las Caras de Buendía y nos encontramos con la huella de vuestro paso por ellas. Nos gustaría pediros un favor: No volváis por la zona», señalaba la entidad en un mensaje en Facebook. Añadía que «os habéis cargado una obra de arte fruto del trabajo de dos personas en un entorno privilegiado que no habéis sabido disfrutar y vuestra ‘hazaña’ es fruto de la nula educación que habéis recibido en casa y es el reflejo de un fracaso».

En esa línea apuntaba que «no aceptamos vuestro turismo, pues es vandalismo» y recordaba que ese ese vandalismo «que a pueblos de nuestra comarca (afectados por la despoblación y la desidia de los trasvases) se suma la factura del arreglo de vuestros desperfectos».

Retóricamente se pregunta desde la Oficina de Turismo «¿Acaso firmáis en las paredes de vuestras casas? ¿Os lo permiten vuestros padres? ¿No, verdad?». Respondía recoerdando que en el campo, hay que respetar lo que se encuentra «y en un museo al aire libre como es la mágica Ruta de las Caras del vecino pueblo de Buendía, se debe tener el mismo civismo y respeto que se tiene en museos como el Thyssen, Reina Sofía o El Prado».

Tras focalizar la queja sobre las autores de las firmas las extendía a todos aquellos que firmaron en otras piedras, dejaron sus basuras fuera de contenedores y papeleras sin estar llenos, abandonaron bricks de zumo o toallitas. También a los que «se cargaron los postes de madera que hacen las veces de guía en medio del bosque marcando el recorrido a seguir».

«Buendía es un pueblo que, con cerca de 500 habitantes, cuenta con unos recursos muy limitados para atender a sus vecinos y personas que acuden a su segunda residencia, y que afronta el regalo a todo el mundo del paraje con la bucólica magia de la Ruta de las Caras. Nosotros presumimos de los rincones que tenemos para compartirlos para el disfrute y recuerdo de todos, no para ver éste tipo de huellas descritas en éste post, extrapolable a todos y cada uno de los rincones que tenemos en la infinita y rica España rural. Atentamente, respeten», concluyen.

En la misma línea, José, un lector de la zona que se ha puesto en contacto con Voces de Cuenca pide ayuda para «entre todos poder localizar a los autores y también a su vez a educar a futuros visitantes en que Las Caras son esculturas fruto del trabajo de personas, y que al igual que toda obra de museo debe respetarse, sin rayar ni tocar, al igual que las rocas vecinas, pues podrían ser guturas nuevas imágenes».

De hecho, advierte de que seguir esta dinámica «no tendrá otra solución que hace el recorrido de pago a futuro como medida disuasoria y para poder mantener sus costes de recuperación y mantenimiento».