El pasado domingo, 21 de marzo, El Valle de Altomira, municipio integrado por las localidades de Mazarulleque, Jabalera y Garcinarro, celebraba un acto muy especial. El Ayuntamiento abría sus puertas para recibir y realizar un obsequio a sus tres vecinos más jóvenes, los bebés nacidos durante 2020, “un año muy complicado, de los peores que se recuerdan con una crisis sanitaria y económica grave. Pero en medio de tanto miedo e incertidumbre también hemos tenido un hueco para la alegría y la esperanza”, ha señalado su alcalde, Jesús Plaza, quien estuvo en este acto acompañado de concejales del Equipo de Gobierno.
Susana, Candela e Iván llegaron a El Valle de Altomira, en concreto a Garcinarro, no solo en medio de una pandemia, sino que también se han convertido en protagonistas de una lucha en la que está inmersa la provincia de Cuenca desde hace años como es combatir la despoblación. Para Jesús Plaza, “una parte fundamental para que las familias se queden a vivir en los pueblos es que los niños se vinculen con ellos desde su nacimiento, que aprendan a querer y apreciar las ventajas del mundo rural”. Para el alcalde, las instituciones tienen la responsabilidad de dotar a los habitantes de los municipios de los recursos necesarios para vivir en ellos y, además, “no solo eso, sino incentivar y ayudarles incluso económicamente en la medida de lo posible”.
Por ello, el propio alcalde en el transcurso del acto del domingo, celebrado sólo con la presencia de familiares directos dadas las restricciones impuestas por la pandemia, hacía público el anuncio de que el pleno, que se celebrará en fechas próximas, aprobará una ordenanza sobre ayudas a las familias tanto numerosas como a las que estén en grave riesgo de exclusión, así como incentivos para los progenitores de aquellos niños que nazcan en el municipio.