El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha dado vía libre este miércoles a un trasvase de 81 hectómetros cúbicos de agua hasta finales de año atendiendo a la petición realizada desde la Comisión de Explotación del Acueducto Tajo-Segura. De esta forma se derivarán 27 hectómetrso cúbicos en octubre, noviembre y diciembre.
La aprobación se fundamental en el estado de las reservas de agua en los embalses de Entrepeñas y Buendía. El sistema de explotación lleva meses en nivel 2 por lo que el volumen en los envíos de agua no pueden tocarse. Es la segunda vez en la que el departamento de la ministra Teresa Ribera da luz verde a un triple desembalse desde el Tajo. La anterior fue en el mes de julio cuando tambén se autorizaron derivaciones a Levante desde la cabecera del Tajo para agosto y septiembre.
La Asociación de Municipios Ribereños ha lamentado el nuevo trasvase trimestral, «vamos a desperdiciar un nuevo ciclo húmedo por culpa de unos plazos políticos que ralentizan un cambio obligatorio y urgente. Por segunda vez consecutiva y a tenor de la situación actual y las previsiones futuras, la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura, ignorando las reclamaciones del vocal de los municipios ribereños, ha optado por aprobar directamente un triple trasvase para el primer trimestre del año hidrológico».
Borja Castro, presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía, entiende que «esta es una pésima noticia porque quiere decir que las nuevas reglas del trasvase se van a retrasar todavía más y que mientras se extienden los tiempos políticos se sigue desaprovechando un ciclo húmedo que es una oportunidad perdida para cambiar la manera de gestionar los embalses”.
Castro pide elevar la lámina de agua estable sobre los 1.200 hectómetros cúbicos. Es urgente que se publiquen esas nuevas reglas y que todo el recorrido jurídico que queda por delante se complete cuanto antes». Desde la Asociación se recuerda que los embalses son de gestión hiperanual y que no pueden sucumbir a las necesidades y mala gestión de la cuenca del Segura, «sino que deben acumular agua en ciclos húmedos para garantizar la salud del río Tajo y el consumo humano durante sequías prolongadas».
