Durante el recién terminado noviembre murieron por el coronavirus de Wuhan 36 personas en la provincia de Cuenca, según los datos proporcionados por la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha. La cifra duplica todos los fallecimientos acumulados en conjunto durante junio, julio, agosto y septiembre (18) y un incremento del 50% respecto a octubre (24).
Este récord de mortalidad de la segunda ola sitúa al penúltimo mes del año 2020 como el cuarto con más defunciones por COVID-19 desde el inicio de la pandemia, solamente superado -a considerable distancia- por los registros de la primera ola: marzo (64), abril (170) y mayo (79).
Las autoridades sanitarias advirtieron entonces que la asignación temporal de las muertes realizada podía variar respecto a la fecha real, ya que se iban incorporando con retraso las de días y semanas anteriores que no se habían confirmado o contabilizado hasta entonces. De hecho, si se coteja el listado de la Consejería con los números de los registros civiles recopilados por el Tribunal Superior de Justicia o del Instituto Nacional de Estadística (INE), se concluye que probablemente la cantidad auténtica de fenecimientos de mayo fuera inferior y la de los dos meses precedentes más abultada.
Primavera muy letal tras la irrupción del SARS-CoV-2 en la geografía conquense, verano (relativamente) tranquilo y un otoño inconcluso otra vez fúnebre, con 67 muertes desde el equinoccio. La evolución de la pandemia ha mostrado un patrón ya conocido en otros momentos y lugares. Primero llegan el ascenso y pico de contagios, con incidencias acumuladas que han situado a la capital conquense como la más afectada entre las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes. A continuación, aumentan los hospitalizados (con un pico de 84 ingresados en el Virgen de la Luz alcanzado el 17 de noviembre) y más tarde lo que se dispara son los pacientes en las unidades de críticos y los fallecimientos.
Las dos primeras curvas, las de nuevos casos e ingresados en camas convencionales, ya muestran una clara tendencia de bajada aunque en términos relativos sigan por encima de las medias autonómica y regional, con una incidencia acumulada a siete días de 125,81 casos por 100.000 habitantes y 32 pacientes en planta en el Virgen de la Luz. Por el contrario, la UCI del único centro hospitalario público conquense tiene a 5 ingresados con el coronavirus, más de un tercio de su capacidad habitual sin refuerzos. La curva de mortalidad ha mostrado una trayectoria ascendente ininterrumpida desde agosto; lo previsible es que descienda recogiendo el descenso de infecciones, la incógnita está en saber cuándo y a qué ritmo.
Los 36 decesos de noviembre suponen un promedio de 1,2 decesos diarios. El 24 de noviembre se comunicaron 5, récord del mes y de la segunda ola. En octubre la media fue de 0,77 y, en septiembre, de 0,43.