La superficie forestal de la provincia de Cuenca ha crecido un 4% en la última década y suma un total de 843.654 hectáreas, según el último Inventario Nacional Forestal publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica, en el que destaca que el mayor incremento registrado corresponde al denominado «monte arbolado denso» que supone 689.597 Ha del total, con un aumento del 9%.
El territorio conquense está rodeado de bosques y montes cuya vegetación puede ser un combustible para los posibles fuegos que se produzcan. Es por ello que durante la temporada de otoño, invierno y primavera los efectivos del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales del Gobierno de Castilla-La Mancha (INFOCAM) realizan labores de prevención en estos terrenos con el fin de que no se produzca una catástrofe medioambiental.
El jefe de servicio de incendios forestales y ayudas del INFOCAM en la provincia de Cuenca, José Félix Mateo, señala a Voces de Cuenca las dos vertientes de trabajo de sus efectivos: el de la extinción y la vigilancia de fuegos en la temporada de verano; y el de la prevención durante los meses de frío y que suele durar unos ocho o nueve meses.
Desde el INFOCAM tienen un plan provincial de prevención en cada territorio donde tienen establecida una red de áreas de defensa, lo que antes le llamaban cortafuegos pero ahora se denomina áreas de contención. Paralelamente, realizan el proyecto de tratamientos selvícolas preventivos que se alimenta de este plan provincial. Cada año, los directivos del INFOCAM preparan un proyecto dentro de esas áreas en torno a unas 2.500 hectáreas al año y que se ejecutan en la época actual.
Mateo sostiene que esta red de áreas abarca unas 20.000 hectáreas en la provincia de Cuenca y el proyecto va variando cada año, pero siempre trabajan tanto en terrenos públicos como en particulares, con su correspondiente autorización. Durante esta campaña están ocupando todo el mapa forestal del territorio conquense, teniendo en cuenta la ubicación de las brigadas de bomberos forestales, pero repartidos por toda la provincia.
El objetivo principal de un área de contención, dice el jefe de servicio, es que sirva a los efectivos para atajar el fuego, aunque habrá veces que por su tipología se la salte. Sin embargo, siempre ayudan como zona de actuación y, sobre todo, «son lugares seguros para los bomberos, tienen esa doble importancia».
Para conseguirlo, los trabajos consisten en reducir la cantidad de vegetación en esas áreas con el cortado de arbolado y matorral, aunque siempre respetando las especies protegidas dentro del catálogo de Castilla-La Mancha, asegura José Félix Mateo, que insiste en que «esto en un incendio es combustible que ayuda a propagar el fuego». Además, realizan podas de la vegetación que queda en pie, y los restos que generan los eliminan mediante trituración, cuya materia orgánica se incorpora al suelo; o mediante quema.
Estas áreas de contención se apoyan siempre sobre caminos o carreteras para garantizar la accesibilidad. Pero además, las labores de los efectivos también versan sobre el repaso y mantenimiento de caminos forestales con maquinaria pesada, trabajando en unos 200 kilómetros al año. Este 2025, durante el mes de abril, empezarán con su ejecución, afirma Mateo. «Recuperamos caminos perdidos, y aunque no podamos llegar a toda la masa forestal, sí que intentamos llegar a cuantos más sitios mejor de manera estratégica, porque el éxito de la extinción tiene que ver con el tiempo que tardamos en llegar al incendio cuando es pequeño», manifiesta el jefe de servicio.
En la campaña actual están trabajando en la prevención de estos bosques unos 300 efectivos, además de bomberos forestales que están en el campo realizando tareas de tratamientos selvícolas preventivos. También, un grupo de ingenieros de la empresa GEACAM y la administración pública que coordinan todos esos trabajos, así como agentes medioambientales de la delegación de Desarrollo Sostenible.
«Llevamos desde el 2007 con este tipo de tratamientos de defensa con la construcción de las áreas de contención y tenemos ejemplos donde hemos conseguido parar el fuego e incendios, porque el avance ha sido menor», señala Mateo. Un ejemplo, dice, es el incendio de Monteagudo en 2019, que quemó más de 100 hectáreas y donde el flanco izquierdo lo pudieron sujetar porque justo había un área de contención creada, cuenta el jefe de servicios en la provincia de Cuenca.
José Félix Mateo afirma que hay zonas más difíciles de trabajar para los efectivos del INFOCAM y son las que tienen mayor pendiente, las montañosas, ya que tienen peores accesos. Un caso significativo, destaca, es Santa Cruz de Moya, cuyo término municipal «tiene mucha pendiente y nos ha costado mucho diseñar la red de áreas de defensa, y a la hora de ejecutarlo hemos tenido que cambiar la manera de pensar en su defensa porque es muy difícil acceder al monte de allí», concluye el jefe de servicio.




