El periodista, poeta y nazareno Juan Ignacio Cantero de Julián ha pronunciado este Viernes de Dolores un pregón en el que la oración, la prosa y el verso han intercalado vivencias, devoción, fe, amor y recuerdo. El acto, que como desde hace unos años ha tenido lugar en el Teatro Auditorio ha marcado el inicio a la semana de Pasión de la capital conquense.
Cantero ha comenzado proclamando una poesía de la comunión perfecta que la ciudad y su Semana Santa han creado «Mi patria y sus fervores populares que hacen la conjunción perfecta, mi patria entera me cabe entre el Castillo y las Quinientas. Mi patria es esta cuna,
mi patria siempre será Cuenca, mi patria es Semana Santa, mi patria es nazarena».
El pregonero se ha dirigido a las autoridades religiosas, civiles y militares allí presentes, así como a todos los nazarenos de Cuenca para continuar con una particular oración en la que ha ensalzado con la retórica nazarena el papel de Cuenca a lo divino «Creo en ti, Oh Cuenca Todopoderosa, creadora del cielo de purísimo nazareno y de la tierra como calle procesional. Creo en tu Semana Santa, la mejor obra de tu creación, que fue concebida por obra y gracia de los originales de esta muy noble, muy leal, fidelísima y heroica». Cantero ha destacado en este rezo el momento de la reconstrucción de la Pasión tras la Guerra Civil, clamando «Nació de órdenes, gremios y hermandades,
padeció bajo la ruptura de las dos Españas, fue fusilada, incendiada y sepultada, descendió a los infiernos del ostracismo y la precariedad,
al tercer año se reconstruyó de entre los muertos, subió a las nubes del reconocimiento internacional y está sentada a la derecha de las grandes pasiones del universo».
En sus palabras Cantero ha señalado la importancia que el momento de pregonar la Semana Santa de Cuenca tenía para él «Si yo pudiera pedirle a Dios solamente una cosa, sería que parara el tiempo. Que pare el tiempo y haga que este día sea eterno. Porque no soy digno del honor que me ha sido concedido. Porque no soy más que otro nazareno de nuestra Semana Santa». El periodista no ha dudado en recordar a su padre en el pregón quien le transmitió la devoción cofrade «Me diste tu horquilla, tu pasión y tu legado. A cambio te doy mi visión, mi luz y mi pregón. Porque es tan tuyo como yo. Porque es un orgullo llevar tu sangre y el plasma de Cuenca. Un orgullo que me hicieras tan conquense y tan enamorado de su Semana Santa. Gracias papá».
Para explicar la devoción nazarena, Cantero se ha remontado a la niñez «hoy se presenta ante vosotros un niño que creció. No sé si se hizo hombre o simplemente se le quedó la túnica pequeña, pero no ha dejado de sacarle al bajo para poder seguir saliendo en la procesión». El pregonero ha utilizado el fervor de la niñez para explicar la Semana Santa como una de las grandes pasiones de la vida que se sienten con una intensidad inexplicable señalando que «la Semana Santa no se descifra, se siente. Es un gen dominante que se traslada por herencia. No hace falta mamarlo como decimos en estas tierras, sino tenerlo dentro, dejarlo crecer y darle forma hasta que la piel mute en túnica y el cráneo en capuz».
Desde la mirada de un artista, el pregonero ha expresado cómo la Pasión conquense se ha convertido en una disciplina artística en sí misma. «Es los versos de sus calles rimando consonantemente con la belleza de las imágenes. Es la perfecta ecuación de tradición y cultura que despeja la X de la fe. Es la idónea mezcla de colores en la paleta del entorno natural que dibujan un cuadro abstracto en este lienzo infinito». Tras lo cual ha señalado la unión más allá de la sangre que crean los lazos nazarenos «os diré que os conozco… a todos y cada uno de vosotros. Sé que os estremecéis cuando la ciudad retumba al ritmo de los redobles de tambor. Sé que sobre las notas de San Juan del maestro Cabañas, inevitablemente entonáis para los adentros un viva el hermano mayor”.
En su faceta como periodista, Cantero ha respondido a seis preguntas para contar qué es la Semana Santa. El pregonero ha respondido que la Pasión «son trescientos sesenta y cinco días de amor incondicional a una tierra, a una tradición, a una fe, a unas imágenes» que hacen «los creyentes, los cristianos, Cuenca, los propios y ajenos» y se fecha en el calendario «toda la vida para los que en el calendario primavera y Pasión confluyen» en el cielo y en la tierra «suspendida entre las nubes por donde flotan sus pasos golpeando con las horquillas las estrellas. El pregonero ha referido que la Semana Santa es «de una y mil formas diversas. Cada uno la vive en su modo y hace vivirla al resto a su manera», concluyendo que se celebra porque «es tan necesaria que se respira, que se bebe, que se asimila.Porque es familia, tradición, fe o ¿qué sé yo…? es una forma de vida».
No han faltado los recuerdos a los nazarenos eternos como su abuelo, Pepe de Julián o a su suegra, Carmen Mozo, ni las referencias a la familia que se encuentra entre las filas de nazarenos o bajo el banzo «hay personas a las que solo ves en un año y que no sabes cómo son en su día a día sin la túnica puesta. Hay personas a las que tienes guardadas en la agenda con la denominación de una hermandad». Cantero ha querido hacer un guiño al factor social de la Semana Santa, en el que la devoción se vive en barras «donde se han
recorrido multitud de procesiones, que podrían desfilar por sí mismas del uno al otro costado. Refugios que vertebran esta ciudad echada a las calles en santos peregrinajes, y también su Semana Santa, que encuentra en los recorridos estaciones donde el público se agolpa a la tenue luz de un trago».
El amor ha sido uno de los pilares fundamentales del pregón de Cantero, que no ha dudado en dedicar unas palabras especiales a su compañera de vida a la que conoció «en la Semana Santa. Recuerdo cuando le contaba lo poco que me decía por aquel entonces la Virgen de las Angustias, y hoy me sorprendo, porque desde entonces la Madre no ha dejado de hablarme ni un solo día. Ahora lo veo claro. Ahora lo veo… Clara».
Llegado este punto, el pregonero ha destacado «en Cuenca hay pociones mágicas, y resistencias tan duras, que han soportado la gravedad y el paso del tiempo. Y hay turbas que rezan de la forma más políticamente incorrecta, haciendo de la burla plegaria, y de lo popular, divino. Eso es lo nuestro y es lo que somos y siempre seremos».
En el final de su carta de amor a la Semana Santa y a Cuenca Cantero ha exaltado a los conquenses a vivir la Pasión como siempre y como nunca «serán las emociones diferentes, provocadas por las mismas imágenes. Serán otros los momentos, en el discurrir por las mismas calles. Será lo de toda la vida y en cambio, serán nuevas todas las cosas», rematando con que «al final, tan solo nos quedan los principios… Gloria a Cuenca y al nazareno que vive en sus brazos. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos… Será Semana Santa en Cuenca. Será como siempre. Será…como nunca. Muchas gracias y mucha Semana Santa».
Amplia representación institucional y actuaciones musicales
Han sido numerosas las autoridades públicas de Cuenca las que se han dado cita en el pregón. El acto ha contado con la presencia entre otros del obispo de la Diócesis de Cuenca, José María Yanguas, el presidente de la Junta de Cofradías de Cuenca, Jorge Sánchez Albendea, el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, la delegada de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Marian López, el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, el presidente del Partido Popular de Cuenca, Benjamín Prieto, concejales de todos los partidos políticos de la corporación municipal, diputados regionales, representantes de las hermandades en la Junta de Cofradías, autoridades de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, Defensa y representantes culturales, como el vicerrector de Cultura, César Sánchez. Junto a las autoridades cientos de conquenses se han dado cita en un abarrotado Teatro Auditorio.
La periodista conquense Berta López ha conducido el acto del pregón, en el que se han sucedido las actuaciones musicales para trasladar el ambiente nazareno al escenario del auditorio. El coro del Conservatorio dirigido por Jesús Mercado ha comenzado la parte musical interpretado cuatro obras: ‘Surge Illumirare’, ‘Nothern Lights’, ‘Stabat Mater’ y el ‘Miserere de Cuenca’, que ha trasladado al acto las escaleras del oratorio de San Felipe Neri. Posteriormente, ha continuado el repertorio musical la Banda de Música de Cuenca. En este acto los nuevos directores, Miriam Castellanos y Jesús Mercado han tenido su puesta de largo pasándose la batuta para interpretar junto a los músicos conquenses ‘El Evangelista’, ‘Del Peso al Calvario’, ‘Por tu cara de Pena’y ‘San Juan’.
El escenario ha lucido olivos y madera para trasladar Getsemaní a Cuenca en este acto que inaugura la semana grande de Cuenca. Junto a los adornos florales y las ramas de manzanillo el escenario lucía repleto de guiones, siendo 10 los distintivos de las hermandades que han servido para arropado al pregonero en este momento tan especial: Jesús Entrando en Jerusalén, San Juan Bautista, el Bautismo, Jesús de Medinaceli, la Oración en el Huerto de San Esteban, el Ecce Homo de San Miguel, la Oración en el Huerto de San Antón, la Soledad de San Agustín, la Agonía y la Virgen de las Angustias. Junto al atril donde Juan Ignacio Cantero ha inaugurado la Semana Santa 2025 se encontraba el cartel de la Semana Santa obra de Luis Moya y el guion de la Junta de Cofradías de Cuenca. En el otro lateral, el izquierdo desde la vista de los espectadores, una traductora de signos ha ido traduciendo simultáneamente a asistentes con discapacidad auditiva.