Valverde de Júcar, el pueblo donde cada vez más jóvenes estudian gratis incluso en una universidad privada

Entre 8 y 15 jóvenes se acogen a las becas universitarias de la Fundación Pérez Buendía que van desde 900 euros hasta 1.800 euros.

El municipio conquense de Valverde de Júcar tiene el privilegio de ser el único pueblo en el que, si has nacido allí y estás empadronado allí, puedes tener la educación totalmente pagada hasta que acabes la universidad. «Eso no lo puede decir cualquiera», ha expresado su alcalde Eduardo Mena, quien también preside la Fundación Pérez Buendía desde 2016.

Se trata de una Fundación que es parte de Virginia Pérez Buendía, originaria de Valverde y que falleció en 2015 sin descendencia. Ninguno de sus cuatro hermanos tuvo tampoco descendencia y ya en los años 80 firmó unos Estatutos muy básicos en los que estableció su deseo de donar todo su dinero y sus propiedades para que los jóvenes del pueblo pudieran forjarse un futuro con sus estudios y su formación académica. «Era una adelantada a su tiempo», ha bromeado el alcalde.

En su herencia quedaba reflejado un piso en Madrid (en las inmediaciones del Congreso de los Diputados, actualmente alquilado), una casa en Valverde de Júcar, una antigua fábrica de harina, 200 hectáreas de terreno agrícola, varios coches en desuso, un millón de euros en acciones bancarias y 300.000 euros de dinero en efectivo. Ella misma pudo «vivir de las rentas» y no necesitó trabajar, como ha recordado el propio edil, aunque también es verdad que «vivió sin excesos y pasaba desapercibida». En opinión de Mena, nadie se esperaba que pudiera dejar toda su herencia de esta manera, «¡fue una sorpresa!». De hecho, la gente especulaba sobre dónde iría a parar todo ese dinero.

65.000 euros en becas anuales

Cada año se destinan entre 55 y 65.000 euros en becas. Esto incluye, en primer lugar, las clases extraescolares de inglés para todas las edades y la subvención de todos los libros/ tablets desde la etapa de Infantil hasta Bachillerato. Después, con el dinero sobrante, se destina otra partida a las personas interesadas en cursar módulos, másteres o estudios universitarios de Grado. Los criterios de selección son tres: la renta, el número de miembros de la unidad familiar y las notas académicas.

«Todos se acogen a estas ayudas», ha destacado el alcalde, «de media hay entre 8 o 15 jóvenes que se acogen a las becas por estudios universitarios, el mínimo es de 900 euros y el máximo de 1.800 euros, y otras 20 personas que han estudiado algún módulo». Eduardo Mena ha animado a completar esta petición de ayuda con otras becas complementarias destinadas a tal efecto para poder potenciar el rendimiento de la Fundación. Está convencido de que esta inversión, a priori, de «no retorno» acabará revirtiendo positivamente en el municipio.

Una letra pequeña para «no dilapidar el patrimonio»

La valverdeña dejó por escrito su deseo de que la Fundación estuviera compuesta por 8 miembros que se renuevan cada 5 años. Los fijos son tres por su cargo: el alcalde, el sacerdote y el juez de paz. Los otros cinco los elige su gremio: un agricultor, un docente, un asalariado (que era Eduardo antes de ser alcalde en junio del año pasado), un comerciante y un industrial o autónomo del pueblo.

La condición es administrar el dinero para becas, gestionar el arrendamiento agrícola y salvaguardar las rentas del patrimonio inmobiliario sin que se pueda vender ninguna propiedad salvo demostrando que ese bien genere pérdidas. «Nadie puede así dilapidar este patrimonio», ha resumido el presidente. En resumen, el 85% de las rentas anuales está destinado a becas, el 10% a mantenimiento de patrimonio (tasas, etc.) y el 5% restante a gastos de administración. Es a través de la Ley de Fundaciones de Castilla-La Mancha y su propia entidad jurídica por la que se fiscaliza el conjunto patrimonial.