¿Pierde virulencia el coronavirus? Los enfermos llegan ahora menos graves al Hospital de Cuenca

    En los nuevos ingresos hospitalarios 'pesan' sobre todo las personas que han convivido con casos confirmados y los pacientes ingresados por otras patologías que dan positivo tras hacerles la PCR

    La evolución de la pandemia parece que va dejando claro que el virus de la COVID-19 ha mutado y es menos virulento que al inicio de la crisis sanitaria. Fuentes de la Consejería de Sanidad han indicado que el paso del tiempo ha cambiado el ‘retrato’ de la enfermedad tal y como se confirma en los datos oficiales aportados a diario por las autoridades sanitarias.

    Los nuevos casos que son detectados recientemente no suelen corresponder, salvo excepciones, a pacientes con complicaciones respiratorias serias, con fiebre alta, pérdida de olfato o gusto…Las fuentes anteriormente citadas apuntan que, actualmente, los pacientes entran a los hospitales a través de las enfermeras rastreadoras, contactando con gente asintomática que ha estado con casos positivos confirmados a quienes se hace la PCR y salen positivos. También se dan casos de gente de viene al hospital por otras patología y al hacerle la PCR, porque ahora es norma en los protocolos, también salen como positivos. Hay que tener en cuenta que la gente va perdiendo el miedo a ir al hospital y surgen más casos.

    Estas mismas fuentes sostienen que son casos menos graves, circunstancia que se traslada a los datos de hospitalizaciones. Los nuevos casos están ingresados en camas convencionales y Cuenca, por ejemplo, lleva ya muchos días sin pacientes en Unidades de Críticos que necesiten respiración asistida.

    En cualquier caso, desde la Consejería de Sanidad destacan la necesidad de «mantener la prudencia y las medidas de precaución. Esto no ha terminado, ni mucho menos, aunque pueda dar la impresión de ello cuando vemos terrazas a tope, botellones,…la gente tiene que saber que esto es muy serio y tenemos que mantener la guardia alta. No podemos echar por tierra el esfuerzo que hemos hecho todos y, en especial, los profesionales sanitarios que se llevan las manos a la cabeza, con razón, cuando ven algunas conductas irresponsables».