Estival Cuenca cierra su decimotercera temporada este sábado 6 de julio con la actuación del artista portugués Salvador Sobral. Tu participación en el festival de Eurovisión en 2017 y ganador de la edición hizo que su personalidad musical y su sensibilidad se conociera por todo el mundo.
Ahora, hace parada en el escenario Solán de Cabras del Parador de Cuenca para presentarnos su nuevo disco «Timbre», con el que ya está de gira internacional hasta diciembre. La actuación será este sábado a las 20:15 horas.
¿Es la primera vez que vienes a Cuenca?
No, no lo conocía. Me han hablado muy bien de ella porque dicen que es muy bonita y se come muy bien.
¿Y conocías el Estival Cuenca?
Tampoco. Hay muchísimos festivales, y solo los conozco cuando voy. Pero a partir de ahora sí que lo voy a conocer bien. Espero que la gente cante y baile conmigo.
Te conocemos por ser tu participación en el festival de Eurovisión en 2017 y por ser ganador ese año. Ya entonces mostraste al mundo tu sensibilidad y tu personalidad. ¿Ha cambiado tu forma de hacer música desde entonces hasta ahora?
Ha cambiado muchísimo la música que hago, pero la forma no, porque siempre la hago desde un punto de honestidad artística. La sinceridad, la verdad musical es lo que estoy buscando.
¿Cómo definirías ahora mismo tu música?
Es difícil, porque creo que es un encuentro entre mucha música folclórica, sudamericana, latinoamericana, el jazz también porque es el punto de partida de la banda. Toda la banda estudiamos jazz. Y siempre desde la libertad, la comunicación, la improvisación. Pero eso, mucha influencia latinoamericana, es un disco bastante tropical.
Y ahora mismo, ¿crees que es difícil encajar en la industria musical con una personalidad tan marcada como la que tienes y alejada de lo más comercial?
Sí, es difícil, es difícil. Esta industria es difícil para todos. Una industria ingrata, difícil, pero yo gracias a Eurovisión he tenido una buena carrera hasta ahora, no sé el día de mañana, pero estoy aprovechando cada día en que puedo trabajar.
¿Qué nos vas a presentar en Estival Cuenca?
Presento mi nuevo disco que se llama «Timbre», y es un álbum donde se celebra la vida, lo cual es bastante irónico porque el mundo nunca estuvo tan mal. Es una realidad bastante distópica la que estamos viviendo. Y el disco es todo lo opuesto porque cuando tuve a mi hija, ella me trajo tanta luz a la vida que yo tenía ganas de reflexionar sobre esa luz al público y hacer música luminosa, colorida, celebratoria.
Pero también vamos a hacer canciones de otros discos, la canción de Eurovisión también va a estar presente, obviamente.
¿Cómo te está yendo la gira?
La verdad que muy bien. Estoy tocando con un supergrupo, me encantan todos los músicos y músicas que están conmigo. Mitad de la banda viene de Cataluña y la otra mitad de Portugal. Es un encuentro de ibéricos. Es la primera vez que tengo mujeres en la banda y la verdad que cambia mucho la manera de hacer música desde otro punto de vista, la manera de estar en la carretera, de girar.
Estoy muy agradecido porque estoy tocando con gente con mucho talento. Y al final eso es muy importante porque pasamos muchas horas con esta gente, como una familia. Y si no estás bien rodeado, es más difícil. Pero estoy muy feliz con la banda y con los conciertos, fuimos a Brasil, fuimos a hacer una gira en Italia, una gira en Alemania, la verdad es que está yendo muy bien, estoy agradecido.
Aquí en Cuenca vas a recibir el premio Manuel Margeliza, que es un premio que da el festival. Qué te supone para ti un reconocimiento, ya sea este como otro, tanto a nivel personal como profesional.
La verdad es que se me hace raro, no me siento digno de un premio porque yo canto toda mi vida. Cuesta hacerlo, es una cosa que siempre hice, es como si me dieran un premio por haber dormido muy bien, entonces siempre se me hace raro. Pero además con síndrome de impostor porque digo, es que yo tampoco lo merezco. Pero voy a recibirlo con humildad y muy agradecido.